El primer bar que dispuso en Cuba de esa maravilla que es el aire acondicionado, fue el Pan American, en la calle Bernaza número 1 esquina a O’Reilly, en La Habana Vieja. Como la innovación amenazaba con dejar sin clientela a El Floridita, Constantino Ribailagua, su propietario, se vio obligado a hacer lo mismo, aunque a regañadientes, pues prefería el local abierto.
Si el Pan American fue el primer bar cubano dotado de aire acondicionado, el primer establecimiento habanero de su tipo que dispuso del servicio de meseras fue el bar Manzanares, en el cruce de Carlos III e Infanta, toda una novedad entonces.
El lugar había sido una sala de baile, muy frecuentada por el mítico Alberto Yarini, que gustaba asimismo de ir a bailar a La Verbena, en el Marianao de entonces. Con los años, Manzanares se descomercializó como sala de fiestas y su espacio dio asiento a diversos comercios, entre ellos el bar que adoptó el nombre del lugar y que introdujo a las meseras, innovación que no tardó en ser imitada en otras cantinas.
Digamos de paso que camarera y mesera no son exactamente lo mismo. Mesera es la empleada de un bar o centro nocturno que tiene como propósito esencial que el cliente gaste el mayor dinero posible en el establecimiento… Lo acompaña en la mesa, bebe con él, le sigue la conversación y lo hace sentirse importante y escuchado.