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El primer sello disquero de Cuba, propiedad de Ramón S.


El primer sello disquero de Cuba, propiedad de Ramón S. Sabat. Una historia injustamente olvidada…..

Por. Henry Puente.

El cienfueguero Ramón S. Sabat salió de Cuba con 17 años a buscar fortuna en los Estados Unidos, de inició trabajó en un hotel en Nueva York y luego se alistó en el ejército donde formó parte de una banda de música, en este país estudió Ingeniería de Sonido, se casó y abrió junto a dos socios un sello discográfico de música clásica.

Luego regresó a Cuba para crear en 1943 el estudio más moderno del Caribe y fundar Panart, la disquera que hizo la competencia a RCA Victor en Cuba y colocó a sus artistas entre lo más popular de la música latinoamericana de aquel entonces, asimismo, entre sus creaciones estuvo el tocadiscos Panart, un gramófono de diseño simple, que permitía abaratar los costos de fabricación y lo hacía más asequible para los cubanos de poca adquisición.

Pero otro de sus grandes dones fue reconocer el talento en los músicos y cantantes que iniciaban su carrera, estaba abierto a lo nuevo y grabó a numerosas figuras de la música cubana de la época antes de que se convirtieran en estrellas, Panart tenía a los mejores artistas en los años 50 porque Ramón Sabat había dado oportunidad a todos.

​Entre lo más exclusivo están el primer éxito de Olga Guillot, el estreno de «La Engañadora» el cha-cha-chá de Enrique Jorrín, grabaciones de cantos afrocubanos interpretados por Celia Cruz en el disco «Santero» y las famosas «jam sessions» encabezadas por Cachao y el gran compositor y pianista Julio Gutiérrez.

Panart grabó también a Miguel Matamoros, Chico O’Farrill, Bebo Valdés, Blanca Rosa Gil, Chano Pozo, Daniel Santos, Barbarito Diez y Compay Segundo, entre otros. Ya para 1952, era tanto el éxito, que la compañía inauguró una fábrica en la calzada de Rancho Boyeros para prensar discos.

Su proceso industrial resultó fantástico, tuvo una enorme calidad de sonido, da confianza a disqueras extranjeras y es así que en la habanera Panart empiezan a prensarse discos Odeón, Capitol y EMI, que para entonces, eran las disquera más importantes del mundo, de esa forma tuvimos a Nat King Cole, Sinatra, Gardel, Lucho Gatica, Edith Piaff, Franck Pourcel y Conchita Piquer, entre otros, en discos grabados en Cuba.

Con gran astucia empresarial Sabat logró además un acuerdo de distribución con el sello americano Capitol Records con el que consiguió traer a los estudios de San Miguel 410, en Centro Habana, a artistas internacionales de renombre como Nat King Cole y Josephine Baker. Poco después de la llegada de Fidel Castro al poder, la empresa, los estudios, el sello discográfico y la fábrica Panart fueron confiscados a la familia Sabat en 1961.

Por unos años los discos llevaron la marca «Panart Nacionalizada» hasta que en 1964 se fundó la estatal Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) y Panart, increíblemente, terminó siendo el sello «Areito».

Más tarde, en forma muy injusta, cuando la familia Sabat se exilió en Estados Unidos, la muerte del emprendedor visionario pasó inadvertida, en Cuba la historia de la primera disquera ha sido sepultada y el extraordinario aporte de Sabat a la música cubana e internacional ha quedado en el olvidó.

Aún así, la casona de 1920 con paredes revestidas de paneles de madera mantiene el sonido especial de sus primeros años, el sitio continúa siendo uno de los más antiguos estudios musicales que se conservan en el mundo y quienes graban allí dicen que es un espacio mágico, muchos productores europeos y de otras regiones del mundo viajan a Cuba para grabar en los antiguos estudios Panart buscando que su música se impregne de la energía y la especial sonoridad de la llamada “CATEDRAL DE LA MÚSICA CUBANA ”esa que existe, aunque quieran ocultarlo, gracias a Ramón S. Sabat….



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