El rapto de las mulatas. Obra pictórica realizada al óleo sobre lienzo por el pintor vanguardista cubano Carlos Enriquez Gómez en 1938.
El rapto se produce bajo un cielo tormentoso, sobresalen en la escena el verde brillante y el rojo, retoza con los blancos y las luces, todo ello envuelto en un ambiente de violenta irrealidad. Contiene líneas con trazos rápidos. Los detalles del escenario no son importantes para el pintor, se logra ver palmeras de medio penacho.
En sus violentos movimientos, los personajes parecen entrelazarse unos con otros, logrando la idea de agitación arremolinada. La acción está cargada de sensualismo, surge el combate, los caballos se embisten, y los machetes cortan el aire, las mujeres ofrecen una fuerte resistencia pero al final la fuerza de los hombres las somete, las domina, las pasiones y miedos del dramático momento emanan del cuadro.
Refriéndose a Carlos Enríquez, autor de esta importante obra de la modernidad pictórica en Cuba, el prestigioso intelectual cubano José Antonio Portuondo señaló:
“… fue uno de los más talentosos renovadores de la plástica cubana y, entre ellos, el amante más fiel y constante de la tierra cubana y sus criaturas, de sus leyendas y costumbres, en las cuales está la raíz de un auténtico arte cubano”.