Eloísa Alvarez Guedes. Fue una actriz cubana recordada sobre todo por sus personajes humorísticos.
De origen campesino, el camino que recorrió Eloisa Álvarez Guedes para llegar a la cúspide del arte dramático en Cuba, fue muy difícil. Había nacido en Unión de Reyes, en la provincia de Matanzas. Creció y se formó al lado de sus hermanos en una finquita situada a escasos dos kilómetros de la Ciénaga de Zapata. Allí sintió el llamado al mundo fascinante del arte. Desde pequeña cantaba, bailaba, recitaba y leía las décimas que escribía su mamá. Comenzó su vida artística en La Habana a finales de la década de los años cuarenta del Siglo XX, primero de forma voluntaria en la Cadena Roja, hasta incursionar en 1953, como profesional en la radio y la televisión nacionales, de forma simultánea, interpretando papeles dramáticos, pero sobre todo, en los programas humorísticos.
Sus primeros pasos el La Habana no fueron en el arte sino como obrera en una fábrica de añil y luego en otra de confecciones. Con una timidez que desaparecía solo cuando se subía al escenario, tuvo como impedimento que muchas veces pensó trabajar en la emisora 1010, pero ello solo quedó en la intención porque nunca se atrevió a concretarlo. También, trabajó como taqui-mecanógrafa en el periódico Hoy, de cuya labor guardaba un gran recuerdo porque siempre se había sentido atraída por las ideas comunistas y allí encontró camaradería y solidaridad, a la vez que ponía su granito de arena a favor de esos ideales. En 1942 se unió al Teatro Popular de Paco Alfonso, participó en algunos ensayos de la obra Sancho Panza en la Ínsula Barataria, pero no pudo actuar porque problemas de trabajo se lo impidieron. Su inicio fue en Cadena Roja. Después trabajó en Radio Progreso y ambas labores, al principio, las hizo sin cobrar un centavo por sus actuaciones.
De su humanidad y amor sin límites hablan cuando se puso a hacer títeres con papier maché para darlos a un círculo infantil como una forma de contribuir con la sociedad ante la imposibilidad que tenía de asistir a la agricultura o a la microbrigada. Posteriormente se vinculó a la radio y se dio a conocer en la televisión en 1953, en el programa Audiencia Pública dirigido por Humberto Bravo. Sus personajes de guajiras, Simplicia y Valeria, serán siempre recordados por humanos y sencillos. Trabajó también durante muchos años en Radio Progreso donde conjugó papeles dramáticos y humorísticos. En 1982, tras 25 años de ausencia, volvió al teatro para representar la Amparo de Una Casa Colonial, del teatrista Nicolás Dorr.
El día de su 84 cumpleaños se realizó un homenaje a la actriz, en este Adolfo Alfonso, uno de los más grandes poetas-repentistas de todos los tiempos, la recordó con esta poesía:
No sé de forma precisa
que vocablo utilizar
para en décimas honrar
la memoria de Eloísa.
La de la ingenua sonrisa
y la mirada feliz
y no sé por el matiz
de su condición genuina
si era actriz campesina
o la campesina actriz.
Alcanzó por la razón
de su gracia natural
un elevado sitial
en radio y televisión.
En cada presentación
llenó el cofre de la brisa
y para ver su sonrisa
deja una paloma hermosa
cada mañana una rosa
en la tumba de Eloísa.
Filmografía
1967: El bautizo. Director: Roberto Fandiño.
1979: Retrato de Teresa. Director: Pastor Vega.
Premios y reconocimientos
Distinción por la Cultura Nacional, otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba.