En la familia cubana siempre teníamos un meteorólogo o meteoróloga, sobretodo en los campos, que raras veces se equivocaba en sus pronósticos. También había refranes antológicos para el asunto, como aquel «cielo empedrado, suelo mojado». Si te recuerdas de algunos de estos refranes o costumbres campesinas para determinar el tiempo déjame saber!
Gracias Rafael López Cosío