En los años Cincuenta, uno podía ir a pasar el día en Miami. La gente acudía al aeropuerto de Columbia en Mariano, tomaba un vuelo de Aerolíneas Q que salía cada una hora y en 40 minutos estaba en Miami. Uno iba de paseo, hacia compras, almorzaba, cenaba y esa misma noche regresaba a La Habana. El billete costaba diez dólares.