Ermita de Potosí.
Dios actúa haciendo obras que parecen imposibles y una de ellas, aunque parezca insignificante, se produjo este 12 de diciembre en la antigua villa habanera de Guanabacoa. La Ermita de Potosí, como se le conoce popularmente, fue abierta de manera oficial después de una intensa labor de reparación que la salvó de la ruina total.
La misa, celebrada por Monseñor Ramón Suárez Polcari, consistió en una acción de gracias por el don de María Inmaculada y por la inauguración de la capilla, cosa que parecía imposible, como expresó el mismo Polcari. La acción eucarística, concelebrada por el sacerdote salesiano Miguel Ángel Moral, contó con la presencia de numerosos fieles, quienes colmaron el pequeño templo católico. Las palabras de salutación del celebrante fueron dirigidas en primer lugar para agradecer, en nombre de la comunidad y de la Iglesia cubana, la ayuda económica proveniente de Alemania, a través de la organización católica Advenias. Fue este aporte y no los de organismos oficiales cubanos, el que hizo posible la maravilla de la recuperación de la capilla, aclaró el vicario diocesano.
Situada originalmente en un ángulo de la esquina de la calle Potosí y la Calzada de Guanabacoa, la capilla se encuentra en la actualidad en el interior del viejo cementerio, atrapada entre sus verjas. La noticia más antigua de su existencia data de 1641, cuando el matrimonio conformado por Don Martín Salcedo de Oquendo y Doña Juana Recio obtiene la autorización para edificar en esa estancia una ermita dedicada a la Inmaculada. Es inaugurada al público en 1644 y adquiere la forma definitiva que mantiene en la actualidad hacia 1667, según lo descrito en ese entonces por el Obispo Juan de Santo Matías Sáenz. El nombre que se le agregó a la advocación primaria se debe al gesto hecho por el indio nombrado José Bichat en 1660, al donar un óleo sobre una tabla de cedro que representaba el busto de Jesús con la cruz a cuestas. La pintura cobró fama de milagrosa y la imagen fue trasladada años después a la ermita de Nuestra Señora de Candelaria. La réplica que se conserva sobre el actual retablo del altar mayor, también fue adquirida por el donante para sustituir la anterior.
La ermita, declarada monumento nacional en 23 de abril de 1997, es la iglesia más antigua en servicio de las existentes en Cuba, seguida por la parroquial de Sancti Spíritus. Además de la imagen del cuadro del Cristo de Potosí, sello distintivo de la ermita, la misma contiene otras curiosidades. Entre ellas está la loza sepulcral de la benefactora Catalina Estrada de Mantilla, situada a la misma entrada del templo. Esta feligresa dotó al cementerio de cerca e hizo muchas obras de caridad entre los pobres. En el pasillo interior, a la entrada y en el centro, está el laudo fúnebre dedicado al capitán de Fragata Don Juan de Acosta, fallecido en 1747, cuyo epitafio se ha hecho célebre: "Pasajero que hoy me pisas, párate a considerar, que has de venir a parar, en ser como yo, cenizas."
La loza, ausente de su lugar, será colocada nuevamente en los próximos días, luego de haber sido retirada por la Oficina del Historiador de la Ciudad para resguardarla de posibles daños durante el proceso de reparación. También existe un cenotafio dedicado al sacerdote Fray Ignacio del Corazón de Jesús Moreno fallecido en 1850, de muy grata memoria en Guanabacoa por sus virtudes y santidad. La Imagen del Crucificado, situada en la pared izquierda, proviene del antiguo Convento de Santa Clara y cuenta con unos trescientos años de antigüedad.
En su homilía Monseñor Suárez Polcari señaló que hace seis años todavía el arreglo estaba en proyecto y parecía que el templo no se recuperaría jamás. Haciendo referencia a las lecturas del día, señaló esta maravilla que obró el Señor a través de la gente de buena voluntad, con cuya colaboración se pudieron comenzar los trabajos. Aunque siempre hubo interés en el rescate del monumento nacional por parte de las instituciones oficiales, faltaban los recursos financieros necesarios, y éstos fueron dados por los hermanos de la Iglesia europea.
Dijo el presbítero que los católicos no debemos sentir complejos al reconocer lo malo que ha podido hacerse desde la Iglesia, pero nunca dejar de sentirnos satisfechos por los momentos en que ésta ha acompañado al pueblo, y que son los ejemplos que más abundan en la historia de la Iglesia. En especial, y aunque se ha dicho en numerosas ocasiones que la institución fundada por Jesús es para los ricos, la vida demuestra la falsedad de tal acusación. Si en verdad esto hubiera sido así, los pobres nos hubieran rechazado. La Iglesia tiene sus puertas abiertas de par en par para que todos entren, sabiendo que en ella sólo encontrarán un único Dios trino y un solo Salvador.
También Polcari señaló en sus palabras que el pecado mayor consiste en apartarse de Dios, hacer las cosas pretendiendo hacernos dioses por cuenta propia. Otro gran pecado, manifestó, es el enfrentamiento entre los hombres. En alusión a la fiesta mariana que nos convocó este día de diciembre, a 150 años de que el Papa Pío IX proclamara el dogma de la Inmaculada Concepción de María, el sacerdote señaló que los mismos creyentes muchas veces dudan de las maravillas que hace Dios, y una de éstas ha sido precisamente nacer de María. Desconocer la importancia de la figura de la Madre del Señor es dudar del amor Divino hacia la Humanidad. "Esta es la Iglesia de la que nos gloriamos en ser hijos, siempre esperando con paciencia y esperanza, siendo capaces de obrar maravillas, como lo hizo María en su entrega a Dios", concluyó el Canciller Archidiocesano.
En la celebración se encontraba presente Don Pedro Herrera, historiador que ha investigado intensamente los temas eclesiásticos, sobre todo en materia de edificación de templos católicos en Cuba, y que es el defensor más ardiente de la tesis sobre la antigüedad de la ermita de Potosí.
Frente al viejo cementerio guanabacoense se alza la figura del nuevo, que se comenzó a construir antes de 1959 y se concluyó después de instaurado el nuevo régimen en el poder. El período de conclusión de sus obras es fácilmente definible. El cementerio moderno, no cuenta en su interior con capilla cristiana alguna y la solución arquitectónica dada por sus diseñadores al pórtico de entrada formando una enorme cruz fue desfigurada con un arco que cierra los brazos de la misma y sella la parte superior, disimulando la intención del diseño original. Pero como dijo Monseñor Polcari, a pesar de todas estas pequeñeces, la maravilla del obrar de Dios sigue siendo inmensa en su alcance.
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Miguel Saludes.
Fotos Roberto Cabezas
🔔 apetición de un usuario. Hay varias fuentes, y escogí la que creo sea mejor. Disculpar.