<< A CAL Y CANTO >>
Es muy común utilizar la expresión ‘a cal y canto’ cuando nos queremos referir a que algo está cerrado y bien cerrado; de una manera hermética e inaccesible.
La expresión proviene de hace muchos siglos, de la antigua costumbre de tapiar puertas y ventanas para que no se colasen intrusos durante los períodos en los que el propietario no iba a estar en la misma. Para ello levantaban un muro a base de piedras (normalmente cantos rodados) y una pasta hecha de cal.
También la frase es utilizada para calificar el comportamiento de ciertas personas las cuales no quieren hablar sobre algo que se les pregunta en repetidas ocasiones, guardando silencio y no ofreciendo una respuesta, bloqueándose pues de la misma forma que las puertas.