Estoy seguro que la mayoría de los cubanos desconocen esta Historia del 13 de Marzo de 1925.
DE NUESTRA ISLA DE PINOS
Tratado Hay-Quesada, se conoce como el acuerdo logrado entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, por el cual este último reconoció la soberanía cubana sobre el territorio de la Isla de Pinos, hoy Isla de la Juventud. El 21 de febrero de 1901 se concluyó la creación de la primera Constitución de la República de Cuba, que fue inaugurada el 20 de mayo de 1902. A pesar de ser bastante avanzada para la época, dicha constitución contempló la llamada Enmienda Platt (derogada en 1934), que limitaba la soberanía del país, además de que no mencionaba a la Isla de Pinos como parte del territorio nacional. Por esta razón el gobierno de los Estados Unidos reclamó como propias estas tierras. En 1903 Gonzalo de Quesada, embajador de Cuba en Washington, logró convencer al gobierno norteamericano de que dicha isla había sido parte del territorio cubano desde 1511; sin embargo el Tratado Hay Quesada no fue ratificado por el senado sino hasta el 13 de marzo de 1925.
Tratado Hay-Quesada.
El Secretario de Estado, de los Estados Unidos de América John Hay, había servido como embajador de Estados Unidos en Gran Bretaña durante la Guerra Hispanoamericana.
Había insistido entonces en que Estados Unidos actuó «por los motivos más elevados de la humanidad y en ningún sentido como una guerra de conquista»
y consideró la anexión de Isla de Pinos por Estados Unidos como «una iniquidad».
El 2 de julio de 1903, él y Gonzalo de Quesada y Arostegui, Embajador de Cuba en los Estados Unidos, firmó tratados que aseguran el derecho de Estados Unidos a arrendar tierras en Bahía de Guantánamo y el reconocimiento de la soberanía cubana sobre Isla de Pinos.
El Senado cubano ratificó ambos el 16 de julio. En el Senado de
EE.UU., Senador Boies Penrose encabezó la oposición al tratado de la Isla de Pinos en nombre de los intereses comerciales de Estados Unidos, incluidos algunos grandes inversores y un amigo que había construido una gran mansión. Afirmó que habían recibido garantías de soberanía estadounidense del Gobernador Militar de Cuba General Leonard Wood.
Cuando el Senado de Estados Unidos ratificó solo el tratado de arrendamiento y no actuó sobre el tratado de Isla de Pinos dentro del tiempo permitido por el tratado, Hay y de Quesada firmaron una segunda versión que aborda el estado de Isla de Pinos el 2 de marzo de 1904. Evitó especificar un tiempo dentro del cual necesitaba ser ratificado.
Ratificación
Durante años, el Senado de los Estados Unidos no ratificó el tratado, aunque a partir de 1903 todos los presidentes y secretarios de Estado de los Estados Unidos instaron a su ratificación. y el Comité de Relaciones Exteriores del Senado lo envió a la sala y recomendó su ratificación en tres ocasiones. En 1907, el Tribunal Supremo de Estados Unidos resolvió en un caso en el que se disputaba si las mercancías importadas de la Isla de Pinos debían estar sujetas a un arancel «sobre los artículos importados de países extranjeros». Sin abordar el tema de la soberanía per se, en Pearcy contra Stranahan Juez presidente Melville Fuller resolvió por unanimidad que Estados Unidos nunca había ejercido soberanía sobre la Isla de Pinos y que desde que España la cedió había estado bajo la de facto jurisdicción de Cuba, por lo que era territorio extranjero a efectos arancelarios.
El tratado fue presentado nuevamente para su ratificación por el Senado de los Estados Unidos en febrero de 1924.
El Senador William E. Borah argumentó que los ciudadanos estadounidenses, 700 de los 4.250 residentes de la isla eran ciudadanos estadounidenses, poseían el 90% de la tierra y habían invertido allí anticipando que Isle of Pines disfrutaría de un estatus similar al de Puerto Rico.Casi todos habían llegado desde que los cubanos acordaron retrasar la resolución del estatus legal de la isla, aunque se pensaba que pocos se quedarían por más de unos pocos años.Senador Royal S. Copeland argumentó que Isla de Pinos tenía un valor estratégico y podría servir como «una base naval, militar y aérea de gran importancia para nuestra protección del
«[Canal de Panamá]». Propuso pagarle a Cuba por la administración de la isla. Un comité de estadounidenses propietarios de tierras en Isle of Pines visitó al presidente Calvin Coolidge y le dijo que ceder la isla a Cuba constituiría «una mancha en la historia de Estados Unidos».Los legisladores cubanos argumentaron que las negociaciones originales habían reconocido que la soberanía de Isla de Pinos era parte integral del otorgamiento del arrendamiento de Guantánamo. Unos 65 de los 116 miembros de la Cámara de Representantes de Cuba escribieron una carta en la que pedían la ratificación del tratado. Dijo que de rechazarse el tratado «la República de Cuba seguramente tendría derecho a solicitar la evacuación inmediata de las estaciones navales establecidas en territorio cubano».Un comité de empresarios cubanos pidió la ratificación, describió a los habitantes de la Isla como cubanos que lucharon por la independencia de España y citó la resolución conjunta adoptada por el Congreso de los Estados Unidos en 1898, la Enmienda del cajero, que desautorizaba cualquier intención de Estados Unidos de ejercer soberanía sobre Cuba. Disputaron cualquier intento de divorciar la isla de Cuba de sus miles de islas y cayos adyacentes. Coolidge argumentó sin reservas a favor de la ratificación.
Escribiendo en The American Journal of International Law en 1923, erudito en derecho internacional James Brown Scott señaló que los residentes estadounidenses de Isla de Pinos ya deberían estar acostumbrados al gobierno cubano. Dijo que tanto si se ratifica el tratado como si no, «Cuba ejerce su soberanía sobre la isla y sin duda continuará haciéndolo. El tratado propuesto por lo tanto tiene un valor meramente sentimental, pero el sentimiento es quizás el vínculo más fuerte entre las naciones …El tratado fue ratificado por el Senado de los Estados Unidos el 13 de marzo de 1925. Presidente cubano Alfredo Zayas y presidente electo Gerardo Machado alabó su acción, al igual que los periódicos de América Latina.
En 1925 en Relaciones Exteriores, Benjamin H. Williams elogió la ratificación.
Publicación de Miguel Angel Vazquez Auid
Compartido por Juan Garcia