Gaspar Pumarejo Such (1913-1969). Popular conductor de radio que devino empresario de los medios de comunicación masiva. Realizó la primera transmisión de la televisión en Cuba.
Gaspar Pumarejo nació el 8 de noviembre de 1913, en Santander, España. Llegó a Cuba con su padre y sus hermanos cuando tenía 8 años de edad (1921). En la Isla cursó estudios, formó familia y asentó sus negocios. Su vida laboral comenzó como dependiente de comercio en Humara y Lastra, un almacén de la Calle Muralla, en la Habana Vieja. Repentinamente, se convirtió en agente exclusivo del gran trust radial norteamericano RCA-Victor. Esta transformación lanzó a Pumarejo a los micrófonos de la emisora Radio Salas, primero como cantante de tangos y luego como locutor de programas radiales.
En la década del treinta creó el periódico radial La Palabra, en la recién fundada CMQ, donde simultaneó la dirección y la locución: leía noticias publicadas en la prensa plana a la vez que intercalaba inusitados efectos sonoros. Al inicio de cada emisión decía “Aló, aló…Aquí el periódico La Palabra…”; de ahí que la audiencia lo bautizara con el sobrenombre “Aló, aló”. Su simpatía fue, desde este momento, un recurso que supo explotar a lo largo de toda su vida. A pesar de sufrir un serio trastorno del lenguaje, se convirtió en uno de los locutores radiales más populares del país.
Su aceptación por el público le valió el rol de presentador de la Compañía Crusellas, en La Fiesta Radial del Jabón Candado donde fungió como maestro de ceremonias. Este programa se convirtió en el show más importante del mediodía. Al principio era trasmitido por la COCO y retransmitido por laCMQ, pero luego se produjo directamente en los estudios del gran circuito ubicado en Monte y Prado.
Su relación con Goar Mestre comenzó cuando este lo nombró director de radio en su agencia Mestre y Godoy. Más tarde, en 1943, cuando Mestre compró el Circuito CMQ S.A., Pumarejo fue designado como director de la programación de la planta, cargo en el que se mantuvo hasta 1947. Fue Pumarejo quien sugirió a Goar Mestre la creación de la emisora Radio Reloj, que fue inaugurada el 1 de julio de 1947, con un novedoso formato que ofrecía la hora minuto a minuto e intercalaba noticias durante las veinticuatro horas del día. Contrariado por no haber recibido ningún puesto de dirección en la nueva planta, Pumarejo renunció a su posición en CMQ. Ese mismo año, aprovechando las relaciones y las experiencias adquiridas durante su estancia en el gigante radial, fundó su propia empresa: Unión Radio el 6 de octubre de 1947.
Uno de los retos que se planteó en su nueva empresa fue tratar de instaurar un sistema cooperativo de emisoras, idea que había tomado de una compañía mexicana. Los programas se grababan en la planta matriz, sita en la capital, y luego eran distribuidos en discos a los eslabones provinciales. El objetivo era contrarrestar el monopolio de las grandes cadenas de radio como la de los Mestre. A pesar de que era una buena iniciativa, los problemas financieros atrajeron la crisis de la empresa; entonces Pumarejo intentó vender la idea y las acciones a hombres de negocio, e incluso a los propios oyentes, pero fracasó. A partir de ahí, fijó su meta en un nuevo horizonte: la pequeña pantalla.
A finales de la década de los cuarenta, se entregó a una carrera desenfrenada por obtener la primicia de las transmisiones televisivas en Cuba. La contienda se inició en 1949, cuando Goar Mestre anunció que en un plazo de tres años su empresa comenzaría a operar la televisión en Cuba. Para 1950, eran tres los competidores, todos provenientes del medio radial: :Mestre, dueño del poderoso Circuito CMQ S.A, Amado Trinidad, de la RHC Cadena Azul y Gaspar Pumarejo, dueño de Unión Radio. Estos dos últimos crearon una especie de alianza para ganar la disputa.
Como parte del empeño, Goar Mestre comenzó la construcción del edificio Radio Centro, concebido como un complejo de cine, radio y televisión, con una galería de tiendas, al estilo de Radio City deNueva York; mientras que Pumarejo improvisaba unos estudios de televisión en su propia casa de Mazón No. 52, esquina a San Miguel, a solo unas cuantas cuadras. En esta carrera estaban involucradas dos grandes compañías norteamericanas: la Dumont, con quien Mestre tenía negocios, y la RCA-Victor que facilitaría los equipos a Pumarejo.
Finalmente, ganó Pumarejo. Fue Unión Radio Televisión (integrada por Unión Radio y los canales televisivos 2 y 4), quien lanzó al aire la primera señal de televisión comercial en Cuba. El 12 de octubre de 1950 comenzó el período de transmisión de prueba con vistas fijas y entrevistas que se mantuvieron hasta el día de la inauguración oficial. Esta tuvo lugar el martes 24 de octubre de 1950, casi dos meses antes que la CMQ, con un control remoto trasmitido desde el Palacio Presidencial, actual Museo de la Revolución Cubana. Las palabras de fundación estuvieron a cargo del Presidente de la República Carlos Prío Socarrás. Con ello, Cuba se convirtió en uno de los primeros países de la región en tener un canal de televisión.
En su etapa incipiente, el canal trasmitía desde dos sets improvisados en la vivienda de los suegros de Pumarejo, ubicada en Mazón y San Miguel; uno de ellos era el jardín y tomó el nombre de Estudio al aire libre. La televisora comenzó a operar con tres cámaras que rotaban continuamente por todas las producciones, ya fueran en estudios o en exteriores. Entre las primeras transmisiones estuvieron los partidos de béisbol desde el Estadio del Cerro y algunos espectáculos realizados en teatros arrendados, que se conjugaron con un número reducido de programas musicales, humorísticos y cuñas comerciales producidos en interiores.
Pumarejo fue un empresario audaz pero de poca constancia y con limitaciones económicas. Una de las estrategias implementadas para ganar dinero fue el espacio televisivo Hogar Club, del cual era propietario único. Esta era una modalidad de banco de capitalización y ahorro en forma de agencia, donde los suscriptores abonaban una cuota mensual que les atribuía el derecho para la construcción de casas. El procedimiento consistía en un sorteo televisado, conducido por él, que alcanzó elevados niveles de audiencia. No obstante, las dificultades financieras le obligaron a deshacerse de Unión Radio Televisión en 1951. Ese mismo año también vendió sus acciones de la Cadena Azul de Cuba a Fulgencio Batista, por un precio de veinticinco mil pesos. A partir de ese momento, se dedicó a arrendar espacios en el Canal 2. Otro de sus programas más populares fue Escuela de Televisión S.A., que además trasmitía por Telemundo. Envolviéndose en el manto de la asistencia social y la preocupación por los menos favorecidos, Pumarejo lograba despertar la simpatía de la audiencia. Esta aureola le sirvió para agenciarse un lugar en la política. En las elecciones de 1950 obtuvo, con récord de votación, un cargo de representante.
El seudónimo
Durante las emisiones en vivo de sus programas televisivos, Pumarejo solía repartir algunos fiambres entre el público presente en el estudio. Por este hábito controvertible se ganó el epíteto de “El hombre del choripán”, así lo llamaban una buena parte de la población cubana y de la prensa de la época.
Premio como locutor de la televisión
A lo largo de su vida recibió premios y reconocimientos de distintos tipos, entre los que se destaca su selección como el más sobresaliente animador de la televisión cubana, por lo que obtuvo el premio “Codazo de Oro” (1953).
La televisión a color
El 19 de marzo de 1958, cuando inauguró el Canal 12, Pumarejo cumplió con un nuevo desafío: introducir la televisión en colores en la Isla. Para esta empresa recibió financiamiento y apoyo oficial de Fulgencio Batista, interesado en impulsar a los competidores de sus enemigos, los hermanos Mestre. Según se sabe, aunque Pumarejo aparecía como dueño de la nueva televisora, el verdadero propietario era el entonces Presidente. Con la realización de este empeño, Pumarejo se adelantó nuevamente a su tenaz y mejor respaldado competidor, Goar Mestre. De paso, Cuba fue el primer país de Latinoamérica, y el segundo en el mundo, después de Estados Unidos, en introducir la televisión a color.
Fallecimiento
En 1959, al triunfo de la Revolución cubana, Gaspar Pumarejo se marchó de la Isla. En otros países de la región, continuó su exitosa carrera de empresario de los medios de comunicación masiva, así como de locutor y conductor de programas. Especialmente en Puerto Rico, se le recuerda por su contribución al desarrollo de la televisión; fue allí donde le alcanzó la muerte el 25 de marzo de 1969. Gaspar Pumarejo es reconocido como uno de los fundadores de la televisión hispana en los Estados Unidos de América.
Publicacion de nuestro amigo Rey Gonzalez