Gina Cabrera, mi actriz cubana preferida. Hoy tiene cumpleaños. Está rodeada del amor de su hijo y familia. Nadie más. Nada más. Lo único que le quedó después de haber sido una de las más brillantes estrellas cubanas de todos los tiempos. De ser la madrina de centros de La Casa de Beneficencia y Maternidad de La Habana, de haber recibido todo tipo de Premios por su labor de actriz en el cine, radio, teatro y TV. Después de haber enseñado a leer y a escribir a muchas personas y a ser profesora de varias generaciones de actores. Artista completa que actuaba, cantaba, bailaba, tocaba la guitarra, practicaba ballet, equitación y esgrima. Todo para perfeccionar sus capacidades actorales. La actriz que, según directores y colegas tenía la mejor memoria de todas las de su tiempo. Cuando las decenas no, los cientos de dramas en que actuó por TV se emitían en vivo, ella se aprendía de memoria los largos y sofisticados textos y los recordaba mucho tiempo después, tanto las obras de Shakespeare, las de García Lorca o una Aventura de la TV donde la pusieron a menospreciar su talento. Fue bella, educada y generosa. Llegaba a la CMQ manejando su descapotable como la Diva que era y esto, supongo, provocó envidias y un día por estos detalles u otros que ni puedo imaginar, enfermó y fue olvidada por el Estado, por sus colegas, familiares y amigos. Su mente limpia, su moral de dama de categoría y buena cuna, no pudo concebir todo lo que veía y sufría en sus últimos años que trabajó en el ICR. No pudo resistir y como una copa fina decomizada, de cristal de Bohemia, en una bar corriente de un barrio habanero, se ´rompió´. Su hijo que la cuida hasta hoy tuvo que vender primero la joyas, luego los muebles, mas tarde…todo.
Hoy, aunque recibe una pensión mínima después de tener que haberla rogado por todos lados Alejandro Delgado Cabrera, que es el único hijo que pudo tener, vive su vejez en la mas increíble pobreza que un gran artista de su categoría en cualquier lugar del mundo, puede asumir sin antes perder la razón. Yo hasta me alegro. Al menos quizás ya no tiene que tratar de entender la realidad de sus últimos años de vida.
Que sea feliz en su mundo de fantasías mi querida Gina y que Dios Bendiga siempre a su hijo y familia que lo han dejado todo por esta gran mujer! Gracias en nombre de todos aquellos niños que ella alegró, cuidó y hasta amadrinó cuando estaba en la cumbre de su fama. Gracias en nombre de todos sus admiradores que, como yo, estamos regados por el mundo y otros, siguen allí como ella en su Patria.
Foto de ´Armand´ el fotógrafo exclusivo de todos los artistas de la época.
Publicacion de nuestro amigo Rey González