Hoy 11 de mayo de 2020 : 147 años de la caída en combate del Mayor General Ignacio Agramonte y Loynaz. **************************************
DIAMANTE CON ALMA DE BESO … así calificó José Martí a nuestro Ignacio Agramonte, este gigante moral que supo pelear por la vergüenza en tiempos de metrópoli. Su dignidad y ansias de independencia plena, se antepuso al amor y a su profesión de abogado.
A un lado el linaje: la Patria demandaba de su audacia y entrega.
Desde el Camagüey brilló su hidalguía en la contienda contra los españoles que temían a su paso insurrecto.
Más de cien combates protagonizó con sus tropas, como la hazaña casi mítica del rescate del Brigadier Julio Sanguily a quien tenían que amarrar al caballo para que pudiera pelear, porque una bala de cañón le había arrancado la pierna izquierda y la derecha la tenía perdida también.
José Martí, nuestro apóstol, el 8 de octubre de 1871, narró emocionado lo que después sucedió:
“Cayó sobre la columna, atravesó por ella a escape con sus treinta hombres, arrancó a Julio Sanguily de la silla de un sargento (…) y a escape tendido rompieron con él por entre el resto de la columna los jinetes rápidos como el instante, sueño para los españoles sorprendidos…”
En contraste con otros próceres, su vida militar fue relativamente corta, pero en esos tres años y medio, “sin más ciencia militar que el genio, organiza la caballería, rehace el Camagüey deshecho, mantiene en los bosques talleres de guerra, combina y dirige ataques victoriosos y se vale de su renombre para servir con él al prestigio de la ley , cuando era el único que, acaso con beneplácito popular, pudo siempre desafiarla”, escribió Marti.
Aquel joven “ por su modestia parecía orgulloso, la frente en que el cabello negro encajaba como en un casco, era de seda blanca y tersa, (…) oía más que hablaba, aunque tenía la única elocuencia estimable, que es la que arranca de la limpieza del corazón (…) Era como si por donde los hombres tienen corazón, tuviera él estrella “, así lo describió José Martí , con esa capacidad tan suya de captar con acierto la esencia de los hombres.