LA ACTRIZ ELISABETH TAYLOR EL LA HABANA.
Son las 6 a.m. del 17 de marzo de 1958, un joven cruza de prisa la desierta Rampa habanera, la famosa Calle 23 por la esquina más célebre de la capital, 23 y L, se dirige al espectacular y aún no inaugurado hotel Habana Hilton, el 19 de marzo será la apertura y hay un hormiguero de personas dando sus últimos retoques, aún no ha amanecido completamente, de pronto sube la rampa que lleva a la puerta del hotel un lujoso cadillac negro, el joven sabe que están llegando personas importantes para el evento, afloja el paso, el chófer del auto se lanza rápido a abrir la puerta y los ojos del joven se abren desmesuradamente, aparece ella, la mítica y bella Elisabeth Taylor, pequeña de estatura, pero para el joven una muñeca de porcelana, sus miradas se cruzan por un segundo, las personas que trabajan se quedan estáticas, la estrella les regala una sutil sonrisa.
La empresa Hilton fue fundada por Conrad Hilton, en 1919 y en 1958 gestionaba un capital de 196 millones de dólares. Algunos de los hoteles en los que operaba eran propiedad de la cadena, otros operaba bajo contrato de administración. Conrad había estado casado con la actriz norteamericana Zsa Zsa Gabor y era suegro de la también actriz Elizabeth Taylor, por eso la invita a la apertura, también estaría Esther Williams entre otras personalidades .
La prensa de la época la seguía pero trató de que su visita fuera sin mucha fanfarria, visitó Tropicana y lanzó dados en algún casino, respiró el aire caribeño de La Habana y quedó prendada de la soberbia vista del litoral de la capital desde lo más alto del hermoso hotel, ella, Lis Taylor, la de los ojos color violetas.
