La duquesa cubana Maria Teresa Mestre.
María Teresa Mestre Batista nació el 22 de marzo de 1956 en un municipio de La Habana (Cuba) llamado Marianao. Es hija junto a otros dos hermanos de José Antonio Mestre Álvarez y María Teresa Batista Falla, una adinerada familia cubana cuyos antepasados regentaron importantes negocios y ocuparon prestigiosas posiciones antes de que estallara la Revolución en el país.
Sin embargo cuando esto ocurrió, una María Teresa Mestre de tan solo tres años tuvo que marcharse a Nueva York junto a su familia y allí acudió a algunos de los centros escolares más prestigiosos como fue el caso de la Marymount School. Tras este centro, ingresó en el Liceo Francés de la ciudad hasta que, en 1965, tuvo que acompañar de nuevo a su familia hasta un nuevo destino, la ciudad cántabra de Santander.
Allí la familia estuvo poco tiempo, puesto que posteriormente decidieron trasladarse a Suiza donde la joven terminaría sus estudios, primero en el Instituto Maria José de Gstaad y, posteriormente, en un internado llamado Marie-Thérèse. Una vez que obtuvo sus estudios obligatorios acudió a la Universidad de Ginebra para cursar la titulación de Ciencias Políticas y fue durante su estancia en la misma cuando conoció al por entonces Heredero al Ducado de Luxemburgo, el Príncipe Enrique.
Con él contrajo matrimonio apenas unos meses después de conocerse, concretamente el 14 de febrero de 1981, en la Catedral de Luxemburgo. Y a finales de ese mismo año, el 11 de noviembre nació su primer hijo y por lo tanto Heredero al Ducado, el Príncipe Guillermo de Luxemburgo. El 3 de junio de 1984 lo hacía el Príncipe Félix, y ese mismo día, pero en agosto de 1986 nacía el Príncipe Luis de Luxemburgo. Este último se convirtió en el hijo más polémico del matrimonio después de que decidiera renunciar a sus derechos de sucesión al trono para casarse con la soldado Tessy Antony. Sin embargo, todavía quedarían por entonces buenas noticias para el matrimonio, puesto que el 16 de febrero de 1991 nacía la Princesa Alejandra y el 16 de abril del año siguiente lo hacía el benjamín de la familia, el Príncipe Sebastián de Luxemburgo.
Precisamente durante la última década del siglo XX María Teresa de Luxemburgo protagonizó uno de los episodios más polémicos después de que decidiera abandonar a su marido junto a sus hijos cuando descubrió que su marido le había sido infiel. Sin embargo, las autoridades no lo permitieron y la Duquesa Consorte tuvo que volver junto a él y arreglar tan complicada situación.
En el 2000 el padre de Enrique de Luxemburgo abdicó y, por lo tanto, él y María Teresa pasaron a convertirse en los Grandes Duques de Luxemburgo en una protocolaria ceremonia que tuvo lugar el 7 de octubre de ese mismo año. Ahora bien, dos años después de adquirir tal reconocimiento saltaba por los aires la mala relación entre ella y su suegra Josefina Carlota que desde hacía años se venía rumoreando.
La mujer de Enrique de Luxemburgo declaró entonces que sus orígenes plebeyos fueron los causantes de este complicado trato y que por lo tanto su suegra nunca llegó a aceptarla por este motivo que además le valió para ser bautizada como "la criolla", acusándola además de haberse entrometido en su matrimonio.
A pesar de la controversia, en 2006 tanto ella como su marido recibieron una magnífica noticia cuando su tercer hijo, el Príncipe Luis, anunció que se convertiría en padre del que unos meses después llamarían Gabriel Miguel. Tan solo un año después nació el segundo hijo de la pareja, y en 2014 volvieron a ser abuelos gracias al Príncipe Félix que, junto a Claire Lademacher tuvo a la Princesa Amalia. Ahora bien, el matrimonio formado por el hijo de los Grandes Duques y Lademacher dio la bienvenida a su segundo hijo en noviembre de 2016, convirtiéndose así en el cuarto nieto para la Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo.
Pero María Teresa de Luxemburgo no olvida de dónde provino. En el año 2002 visitó Cuba y la acompañaron dos de sus hijos. Entonces declaró: ?Hay algo muy fuerte que he descubierto y se llama cubanía. Un sentimiento que cuando uno crece en una familia cubana no se pierde nunca?. Recientemente, la gran duquesa, muy involucrada en trabajos de caridad y proyectos de las
Naciones Unidas, ha dicho que quisiera volver a Cuba con Muhammad Yunus, el premio Nobel de la Paz 2006, con quien ha trabajado en varios proyectos, para poder ayudar ?al pueblo cubano que tanto ha sufrido durante muchos años?, con la creación de microcréditos.
Aunque está muy orgullosa de sus raíces, en una entrevista reciente a la emisora de radio RTL, la gran duquesa dijo que se siente identificada totalmente con su país de adopción. ?Soy luxemburguesa. Al casarme encontré mi país?, dijo esta mujer luchadora y segura de sí misma, que está consciente del papel que desempeña al lado del gran duque Enrique.