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La eminente primera actriz española, que le regaló su talento y estrellato a CU – Nostalgia Cuba


La eminente primera actriz española, que le regaló su talento y estrellato a CUBA….

Por. Henry Puente.

A la primera actriz Adela Escartín, se le solía llamar «El ciclón de la escena que llegó de Cuba» cinco años atrás el escritor español Juan Antonio Vizcaíno recoge en una biografía en dos tomos la vida de una de las actrices esenciales de la escena cubana-española.

Presentado en dos volúmenes, en el año 1994, fue la propia Adela quien le propuso a Vizcaíno escribir sus memorias, con dos condiciones, que no se usara grabadora durante las entrevistas y que el texto fuese publicado después de su muerte, así se cumplió. Ambos volúmenes articulan una larga trayectoria vital de casi 97 años, de los que 40 estuvieron dedicados a la escena, desde su nacimiento hasta Cuba, su verdadera patria artística y su retorno a España en 1970 hasta su muerte en 2010.

Pero, ¿quién fue verdaderamente Adela Escartín? Nacida en Santa María de Guía, Gran Canaria, en 1913, dentro una familia acomodada, su padre era un capitán de infantería que se dedicó a dilapidar la fortuna heredada por su mujer, que, a pesar de la vida licenciosa de su marido, siempre estuvo enamorada de él.

Las primeras clases de declamación las recibió mientras estudiaba en un Colegio de París, tras la Guerra Civil debutó como actriz en el teatro Lara simultaneando con el cine y con sus clases en el Conservatorio de Arte Dramático de Madrid, donde con el tiempo sería profesora.

Después de graduarse, en 1947 se marcha a Nueva York, para estudiar con Erwin Piscator, Stella Adler, con la que conoció el método Stanislavski, y Lee Strasberg. Allí el idioma es una barrera para actuar y, aconsejada por sus maestros, se va a Cuba en 1950, donde se convierte en una primera figura de teatro, televisión y cine.

Además, al unísono comenzó su carrera como directora de escena y pedagoga, regresa a España para hacerse cargo de su madre y ya no vuelve, establecida en la madre patria, participa del teatro español más renovador, a la par que trabaja para programas de televisión y hace cine, su labor se completó con una intensa labor pedagógica en la RESAD y en la Sala Mirador.

Esta es una biografía con unas memorias dentro, puedo corroborarlo al 100%, muchos se preguntan ¿ Por qué apenas se la conoce en España? La edad para una actriz es determinante y cuando ella volvió tenía 57 años, por tanto, debía reinventarse de nuevo artísticamente, era difícil conseguir primeros papeles, sólo le daban de vieja y secundarios y su currículum en la Cuba revolucionaria, lejos de ayudarla, la perjudicó.

Una actriz es importante porque el púbico la hace así, pero ella no tenía público en España, aunque venía de familia acomodada, su infancia y adolescencia fueron difíciles, Adela quedó muy marcada por una madre que le transmitió un complejo de inferioridad, tenía celos de ella ante su marido y la ninguneaba.

Esto la llevó a mirar a los demás desde arriba y a tratarlos, a veces, con cierta dureza, no le gustaba el teatro de España y se fue a Nueva York buscando algo mejor, profundizar artísticamente, pero quizá también por alejarse de la familia, pasando el tiempo, no deseaba volver a España, donde se sentía juzgada, pero en Nueva York sólo le daban papeles de personajes de origen hispano, de criada o prostituta.

Entonces se fue a Cuba, que la encumbró, está fue su cima artística, es importante resaltar la figura de Andrés Castro, que la introdujo, la recomendó y la hizo su musa, debutó en el teatro habanero, que era la vanguardia y el teatro artístico y donde estaba lo mejor de La ciudad. El teatro comercial lo hacían las compañías españolas de gira.

Adela Escartín, sin duda, queda definida como un monstruo sagrado de teatro y resaltan en ella tres facetas, la actriz, la directora y pedagoga. Poseía una presencia escénica poderosa, una gran dama con distinción que dominaba el escenario. Cuando aparecía en él todo lo demás quedaba pequeño, asimismo, destacaría también su voz y las modulaciones que realizaba con ella, un registro intuitivo y atávico que parecía venir del interior de una cueva y dejaba al público traspuesto, tenía algo de poderoso y sensual que imantaba al público caribeño.

Como directora artística, fue pionera en su tiempo, triunfó en la televisión cubana, pero tuvo problemas con otras actrices y la vetaron, entonces creó junto a su esposo, el prestigioso director televisivo Carlos Piñeiro Martínez Casado, la Sala Teatral Prado 260, hoy convertida en restaurante( Pizzería), siendo, fortuitamente, la primera intervenida al triunfo de la Revolución Cubana, donde dirigió y montó espectáculos con sus alumnos con ella como primera actriz.

Escartín tenía una autoridad moral y no se le podía decepcionar, fue una adelantada y eso le dio problemas, era muy estricta, pero muy generosa, despertaba pasiones y odios, pero tenía mucho carisma, su manera de llegar, de vestir sorprendía, nada en ella era convencional, su carácter era difícil, temperamental, pero te enriquecía a la vez.

Se mostraba cercana con los alumnos, comía con ellos, se interesaba en sus experiencias, muchos de ellos convertidos, más tarde, en auténticas leyendas de la actuación, confesarían, haber sido la persona más brillante que conocieron, argumentando, que ostentaba algo mágico y magnético cuando estabas junto a ella. Adela Escartín Murió en Madrid víctima de un infarto el 8 de agosto de 2010, tenía 96 años a su deceso. De ser honesto y justo, el mundo de la escena cubano está obligado a recordarla, debido al inmenso legado que dejó, todo lo que enseñó y le deben….

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