La famosa calle de madera de La Habana Vieja, su verdad y su leyenda.
La calle de adoquines de madera que se extiende por frente al antiguo Palacio de los Capitanes Generales (hoy Museo de la Ciudad) en la Plaza de Armas de nuestro centro histórico, llama la atención del visitante que llega al corazón de la ciudad antigua. Todos preguntan: ¿por qué es la única calle de madera?; y cuenta la leyenda que mucho tiempo atrás, al Capitán General le molestaba el continuo ruido de los carruajes y el lodazal que en tiempos de lluvia se formaba frente a su honorable mansión. Lo cierto es, que formó parte de un experimento llevado a cabo para la pavimentación de nuestras principales arterias, allá por el siglo XIX, y que siendo muy costoso y poco duradero, no se implementó, quedando solo esta como testimonio de la historia, trabajo que estuvo a cargo del ingeniero Evaristo Carrillo.
Se conoce que a principios del siglo XIX la pavimentación de las calles de nuestra ciudad era caótica; en muchas de ellas se habían eliminado las piedras llamadas “chinas pelonas”, y se sustituyeron por lajas de piedra con relleno de tierra, pero esto no funcionó en épocas de lluvias, porque eran arrastradas y llegaron a afectar considerablemente el calado de la bahía por aquellos tiempos. Los propietarios de las viviendas que por los mismos inconvenientes se vieron afectados, comenzaron a levantar frente a sus casas escalones de madera o piedra y en las esquinas, surgieron los guardacantones, como protección ante los estragos dejados por los carruajes, que en no pocas ocasiones se voltearon ante la irregularidad del terreno.
En las primeras décadas del pasado siglo XX las calles que ya estaban adoquinadas, fueron asfaltadas, y en la década del ’80, cuando comenzó la obra restauradora de la Oficina del Historiador, esta calle de adoquines de madera fue redescubierta bajo varias capas de pavimento, por ello se decidió mostrarla, como ejemplo singular y único en su tipo. Ha perdurado gracias a los trabajos de mantenimiento y sustitución de los adoquines, que obreros con manos laboriosas llevan a cabo cada cierto tiempo.
Este tramo, forma parte de la calle Tacón, que se extiende en un breve recorrido de dos cuadras. A principios del siglo XX recibió el nombre de Roosevelt y luego del triunfo de la Revolución, se llamó Manuel Sanguily, en honor al héroe de nuestra guerra de independencia, pero su nombre antiguo, continuó prevaleciendo en la población. La calle Tacón tomó el nombre del Capitán General don Miguel de Tacón y Rosique, quien gobernó en la isla entre 1834-1838.
En la calle Madera en la actualidad tienen lugar un sin número de actividades culturales, convirtiéndose en espacio propicio para las representaciones del grupo de Gigantería, que hacen las delicias de los más pequeños; las retretas de la Banda Nacional de Conciertos; y sirve de escenario abierto a los Sábados del Libro, para la presentación de notables títulos de la literatura salidos de prestigiosas editoriales cubanas. Durante la semana la ocupan los vendedores de la feria de libros de uso, donde el lector interesado puede encontrar los más insospechados ejemplares, de cualquier género.
Escrito por: Redacción.
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