La genial bailarina exiliada, expatriada y proscrita del afamado
«BALLET NACIONAL DE CUBA»
Por. Henry Puente.
No reconocer la grandeza de está insigne artista, sería absurdo, un auténtico disparate, más que eso, una total herejía hacía la historia de la cultura cubana, junto al prodigioso equipo de una misma generación, formado por dos bailarinas más fuera de serie, que fueron AMPARO BRITO y OFELIA GONZÁLEZ, Charín pertenece al trío de la dinastía de las tituladas «Tres gracias» mejor epíteto conllevaría imposible, ya que inequívocamente, su genialidad en el Mundo de la danza resulta inconmensurable, una representación de ella se convertía en un evento teatral sin precedente, arrastraba un público fiel que la idolatraba, conseguir una localidad para verla bailar en «El lago de los cisnes», «Coppélia» «La fille mal gardée» o cualquiera otra obra del repertorio clásico, consistía una verdadera proeza, muchedumbres la asediaban y perseguían, tal corresponde al mito en el cuál se convirtió, los gritos de ¡ Bravo Charín ! Eran emitidos al unísono por miles de voces en perfecta idolatría.
Rosario Suárez, otrora gran estrella de la compañía cubana, pidió asilo político en España durante el año 1994, de ahí acá ha llovido muchísimo, no obstante, aún reconoce no sentirse superada por el deterioro de la situación en la isla.
La primera bailarina, desde aquel entonces ha padecido incomprensión e injusticias decepcionantes, aún más, si valoramos, lo que le correspondía tener por méritos propios, sin la menor duda, merecía y jamás alcanzó, solo consistía en reconocer su ineludible grandeza.
Ahora bien, volviendo a la historia, en mí opinión, conociendo Cuba, analizando todos los horrores que le hicieron padecer, cometió errores insalvables los cuales pagó con creces. En la primera tourné que realizó la compañía cubana, aún dirigida por Alicia Alonso, dónde se presentaron en grandes teatros norteamericanos, todavía arrastrando malas intenciones y decisiones, con respecto a las «Tres Gracias» a ninguna le habían otorgado la categoría en ser primera bailarina, algo que resultaba escandaloso e increíble, comentado a voz populi, por público, compañeros de trabajo, otros artistas y periodistas, por tanto, venían insertadas bailando algunos roles, muy destacados, pero mantenidas en personajes, de segunda, no obstante, enloquecieron a empresarios y público de la gran nación norteña, que le ofrecieron quedarse para ser contratadas, augurándole una segura brillante y excepcional carrera, no lo hicieron, incluyendo en esto a Charín, siendo el momento adecuado, ya que tenía la edad y le sobraba la calidad para ser contratada en cualquiera de las compañías más exigente del Mundo. Como todo los errores que se cometen en la vida, más tarde, pagaría un alto precio por ello.
Para más decepción, en años posteriores, otras bailarinas cubanas, que no eran ni su sombra, dieron ese pasó, lo harían convirtiéndose en estrellas danzarías estadounidenses, mientras la gran Charín pasó al casi anonimato.
Solo me consuela saber que cuándo se escriba la genuina historia sobre el ballet cubano, alguien contará la verdad….. ¡ Exponiendo la descomunal grandeza de está más que excepcional bailarina !……