La gran actriz, la amiga leal, una mujer valiente y sencilla que supo imponerse ante la adversidad…
Por. Henry Puente.
Diana Rosa Suárez es uno de los rostros más conocidos de la televisión cubana, resulta obvio, que lo primero que resalta en ella es su extraordinaria belleza, sin la menor duda, en sus inicios, esté atributo le abriría las puertas para lo que después sería una brillante y sólida carrera, sus ojos brillosos, su sencillez y su entrega a la profesión la han convertido en una de las actrices más populares en Cuba, su bella voz es casi inconfundible y por más de 30 años nos hizo reír en el programa radial Alegrías de Sobremesa.
Su parecido a la también bella Odalys Fuentes, sería el motivo para que apareciera por primera vez dentro de la pequeña pantalla, interpretando el personaje de Adela, la hermana de Leonardo Gamboa en la teleserie Cecilia Valdés, exhibida en la televisión cubana en 1963, de ahí en lo adelante el camino triunfante estuvo andado, del mismo modo, también la recordamos en telenovelas como El año que viene, Rosas a crédito, o series como Día y Noche, En silencio ha tenido que ser y espacios humorísticos inolvidables como Detrás de la Fachada, San Nicolás del Peladero, Donde hay hombres no hay fantasmas y Casos y cosas de casa, sin embargo, sus primeros pasos fueron en el teatro y con solo 15 años ingresó en la Escuela Municipal de Arte Dramático, en el 1961, cuando no imaginó siquiera que más tarde encarnaría grandes clásicos de la dramaturgia universal.
En 1959 fue coronada como Reina Belleza por el propio presidente de la república, en un concurso que se hizo para vender bonos para la recién instaurada Reforma Agraria, fue la que más vendió por su simpatía y apariencia, entonces ganó. Su primer salario, de 50 pesos cubanos, fue como maquillista, pues cuando aún estudiaba en la Escuela de Arte Dramático su profesor de maquillaje la seleccionó como la mejor alumna y la enviaron a participar en un proyecto de teatro en la compañía La Edad de Oro.
Tras graduarse comenzó a hacer teatro en la Sala Idal, en la Arlequín, en el Payret, entre otros, donde compartió escena con grandes de ese momento, allí el desaparecido Enrique Almirante le avisó de una convocatoria para la Novela de las Diez, donde estaban buscando una mujer que se pareciera a Odalys Fuentes, que iba a encarnar el papel de Cecilia Valdés. Al final logró quedarse con el personaje por su gran parecido y como se escribía el guión casi a diario le fueron enriqueciendo su participación y ese se convirtió en su primer gran papel en la pequeña pantalla.
Más tarde, la aventura El Zorro la lanzó a una popularidad sin precedente, de hecho, mientras el espacio se trasmitía, prácticamente se paralizaba el país, la serie se convirtió en un fenómeno social que arrastraba muchedumbres, asimismo, también se le recuerda por sus personajes en el desaparecido Teatro ICRT, donde hizo obras como Helena de Troya, Un tranvía llamado deseo y varias de Shakespeare, Chéjov.
En el caso del espacio Aventuras igualmente figuró como estrella. De todos los personajes que ha interpretado la marcó especialmente el que encarnó en la aventura El Zorro y todavía muchos recuerdan los dúos que hacia con Julito Martínez, pues la lanzó a la popularidad.
Sin embargo, el personaje que más ha amado fue el de Fefita en la telenovela El año que viene, bajo la dirección del gran Héctor Quintero. Era un personaje tan bello, tan sencillo, una mujer que tenía muchos deseos de tener un hijo y nunca pudo. Al final Fefita se convierte en la Fefa de Contigo pan y cebolla, que es otro clásico del teatro cubano.
El actor cubano que más admira y recuerda es a Enrique Almirante
A pesar de esto, lleva una gran tristeza por dentro. Dice que su gran fue divorciarse tres veces y estar tanto tiempo sola pues ya no es capaz de adaptarse a un compañero.
“Me he vuelto muy majadera y me he acostumbrado a la soledad. No le tengo miedo, al contrario, me gusta. Pero, si a lo mejor hubiera perdonado a alguno, no estuviera sola”, confesó hace pocas semanas en una entrevista.
Perdió a sus dos únicas hijas en corto tiempo, que es lo más duro que le puede pasar a una madre, además falleció hace algunos años su madre y su hermana, por lo que se ha quedado sola, con el apoyo familiar de sus dos nietos, de ahí sacó sus fuerzas para seguir el camino, es increíble lo fuerte que puede ser está mujer, que con su corazón destrozado venció a tan dura adversidad y decidió continuar viviendo hasta que Dios la llamé para reunirse con ellas.
Esta admirable actriz está trabajando en los escenarios desde los 15 años, como artista ha recorrido muchas esferas del arte, ha sido cantante y presentadora, además de actriz, aunque prefiere la actuación, el canto nunca lo ha dominado, aunque ha hecho dúos con Héctor Téllez y Manolo del Valle cuando trabajaba en Dos Gardenias, la casa del bolero de Cuba.
La actuación es su vida. Si le preguntas de no ser actriz, qué sería, se queda callada por unos segundos, ríe y con toda la seguridad recalca: “Hubiera sido actriz. No me concibo de otra manera…”…