La Habana de antes, la que duerme en el recuerdo de muchos, a veces despierta a través de un libro, de una foto en blanco y negro o de un hombre hablándonos su pasado. Luego vuelve a domirse tranquila, llena de luces, pero silenciosa, esperando otra vez a que alguien la sueñe, incluso, los que nunca la conocimos.