La habitual pareja artística de la actriz y excelsa diva cubana
Por. Henry Puente.
Este es un pequeño homenaje para tratar de destacar la exitosa carrera artística de quien ha sido
uno de los más grandes actores de Cuba, conocido por Manolo Coego, quién además de ser uno
de los galanes más importantes de la radio, teatro, y la televisión de Latinoamérica, ha sido un
esposo, padre y abuelo ejemplar pero sobre todo, un gran cubano que siempre ha mantenido el
nombre de nuestra patria muy en alto con un ferviente deseo de verla nuevamente.
Desde su primera etapa de estudiante perteneció a la Asociación ADAD, que junto al Patronato
del Teatro y Teatro Universitario conformaban el llamado “horno escénico” del incipiente teatro
nacional, lo que contribuyó a su gran formación que junto a su disciplina y talento nato, lo
convirtieron en una de las principales figuras de las artes escénicas de América.
Nació un 22 de enero, de 1927, “Día de Santa Cecilia” Patrona de los Artistas, comenzó su carrera artística a los 17 años en el teatro y presentándose en programas de radio dedicados a la búsqueda de nuevos valores del arte (Corte Suprema del Arte y La Escala de la Fama) convirtiéndose en uno de los fundadores del Teatro Popular, que por su trabajo desplegado en el mismo comienza a trabajar en radio convirtiéndose en primerísima figura, formando la famosa
pareja con la también primera actriz Raquel Revuelta.
Es a principio de la década de 1950, cuando ambos fueron contratados exclusivamente por Radio Progreso para protagonizar la novela FAB que se transmitía diariamente a la 1 y 15 de la tarde. En lo adelante todas las novelas fueron éxitos asegurados como “María Salomé», considerada la novela más tierna y apasionante de Inés
Rodena, que según contaba la prensa de aquellos años, era la escritora que sabe llegar al corazón femenino a través de su sentido realismo.
Tuvo Manolo el honor de inaugurar la TV de Cuba, primero como locutor, alcanzando el mismo éxito que obtuvo en la radio con el papel protagónico de varias novelas, porque no sólo poseía una recia voz varonil, también una figura elegante y un magnetismo que hipnotizaba al televidente, por esa razón contaba junto a Raquel Revuelta con dos espacios seguros «Un romance cada jueves» y «La novela de las 10», donde se destacaron entre otras la telenovela “Mi apellido es Valdés”, dirigida y escrita por Roberto Garriga en 1957, donde actuaron además Josefina Rovira, Rosa Felipe, Elodia
Riovega, Gisela García, Lolita Berrio, Marianela Rosa, Rolando Barral, Carlos Paulín, Cesar Carbó, Blasito Soler, Luis G. Oquendo, Nino del Castillo, Osvaldo Calvo, entre otros.
En el teatro igualmente tuvo la suerte de inaugurar la sala Hubert de Blanck, sita en Calzada entre A y B, de El Vedado, propiedad del conservatorio del mismo dueño, que abrió sus puertas el 17 de octubre de 1955, ofreciendo un programa de concierto y ocho días después, el 25 de octubre, se estrenó su primera obra dramática que fue “Hechizados”, de van Drutten, dirigida por A. Losada, donde tuvieron los papeles estelares Manolo Coego y Raquel Revuelta.
Aunque la contrafigura con la que más trabajó, posiblemente, fuera Raquel Revuelta, también estelarizó con otras grandes actrices como Linda Oliver, con quien protagonizaria «Señora Avispa», de la gran escritora de radio y TV Inés Rodena y con Hada Béjar, que marcó el debut de está en televisión.
Su continuo trabajo en la televisión y la radio cubana, no le dio mucho tiempo para participar en el cine, no obstante trabajó en 1950 en el rodaje del filme de suspenso “Siete muertes a plazo fijo” dirigido y producido por Manolo Alonso, con fotografía de Hugo Chiesa y edición de Mario González, más la música del compositor Osvaldo Farrés, esto se considera el primer paso para lograr en Cuba un cine profesional de cierto interés artístico, dicha película contó con un reparto estelar, una vez más Raquel Revuelta, el esposo de ella Eduardo Casado, Ernesto de Gali, Alejandro Lugo, entre otros, asimismo, Coego tuvo la primicia de participar en 1958, junto a Raquel Revuelta y su hermano Vicente y
otros artistas, en el recién fundado Grupo Teatro Estudio, pionero del teatro cubano contemporáneo.
Después del 1959, cuando el nuevo gobierno empieza a perfilarse tomando el control absoluto de los medios de comunicación, Violeta Casal que era la directora de Radio Rebelde, llama a Manolo Coego, para junto a Raquel Revuelta llevar al aire Doña Bárbara, que sería otra versión de aquella que se hizo con tanto éxito en 1939 por Radiodifusión O’Shea, que se transmitía desde la azotea del hotel Plaza, formando parte del cotizado cuadro dramático de la firma Sabatés, María Valero y el galán de moda Ernesto Galindo, realzando la obra clásica del premiado escritor venezolano Rómulo Gallegos en versión de Caridad Bravo Adams y con la dirección de Luis Manuel Martínez Casado, transmitiéndose todos los días a las 8:30 de la noche en el espacio “La novela del aire”, de la RHC Cadena Azul.
Muy rápido el actor Eduardo Egea, simpatizante de los barbudos de la Sierra y primo de la primera actriz española María Valero, fallecida en 1948, tuvo que sustituir a Manolo Coego, ya que entrado el año 1961, Coego en total desacuerdo con la Revolución Cubana, parte a su definitivo exilio en Venezuela, allí trabajó en la telenovela de la escritora cubana Olga Ruilópez “Yo compro esa mujer” en el papel protagónico junto a Peggy Walker, y de la misma autora, con la misma actriz, repitieron el éxito después en “La dama y el Sheik”, “La Gata” 1968 y en “El dolor de un recuerdo”, posteriormente estás historias que se han vuelto a grabar en Venezuela y en México hasta con otros
nombres, pero que él tuvo el honor de ser el primero en protagonizarlas.
Su voz de perfecta dicción y acento neutro le permitió trabajar en doblajes de películas y series animadas como la primera película para la TV de la serie de dibujos animados «Los padrinos mágicos», la cual fue transmitida por primera vez el 12 de julio de 2003 en Nickelodeon, y fue lanzada en DVD & VHS tres días después “¡Abra catástrofe!”, en versión latinoamericana.
Con la llegada de 1974 se estabilizó con su familia en la ciudad de Miami, trabajando en diferentes obras de teatro como «Afrodita tocó la flauta», al lado de Marta Picanes, Manolo Roblán, Rosendo Rosell, Blanquita Amaro, posteriormente en 1992, participó en el teatro Casanova en la puesta en escena de “Ha llegado un inspector” junto a Hada Béjar, Salvador Levy, su hija Margarita Coego, Xavier Coronel, bajo la dirección de Marcos Casanova y como asistente Jorge Ovies .
Fue fundador con Emilio Milián de la emisora Radio Fe por la 670 FM, donde mantuvo su propio
programa de 10 a 12 m. que contaba con un tema compuesto por Miriam Balmori. Y llegó a tener
la Sociedad radial “Amigos de Manolo Coego” por el gran cariño que siempre recibió de su público.
Y como buen amigo ha participado en todos los homenajes que se han brindado, como los 90
años de haciendo reír de Rosendo Rosell, en junio de 2008.
Manolo Coego es un trabajador incansable, por eso siempre ocupó un destacadísimo lugar en la
pantalla chica, en la radio, y en el teatro, siendo uno de los talentos mejor pagados de toda Cuba, antes de 1959. Además de una actor dramático es un excelente comediante, locutor y animador. Una carrera tan larga y prolífica que lamentablemente en este espacio sólo podemos señalar los momentos más estelares.
Manolo ciego mantuvo un matrimonio estable de más de 58 años con su querida Cristina, contó con cuatro hijos, 11 nietos y tres bisnietos, pero posiblemente los más conocidos son el actor Manolito Coego y la bella
actriz y cantante Margarita Coego, esté hombre y actor ejemplar, falleció a la edad de 89 años, el 17 de enero del 2017, sin la menor duda, fue un gran cubano que nunca olvidó sus orígenes y siendo tan famoso e importante consiguió mantener su cordialidad y sencillez con todo su público y colegas, por eso aún es tan admirado y amado, hecho que se mantendrá para la eternidad…….