**La Historia XXXVIII, Amistades peligrosas II.**
El militar que salvo la vida de Fidel Castro en la cárcel de Boniato en 1953.
Al triunfar la revolución regresó a Cuba, después de un breve exilio, fue ascendido a capitán y nombrado edecán por el propio Castro, a quien acompañaría a EEUU en su visita de abril de 1959, Jesús Yánez Pelletier, en la foto detrás del Cara e Guante en Jefe.
Hasta el 18 de enero de 1960, “Chuchú” fungió revolucionariamente como agregado militar de Cuba en Italia. Para el 10 de abril de 1960 daba contrarrevolucionariamente con sus huesos en la cárcel. Así lo contó al historiador Dr. Antonio Rafael de la Cova:
“No se me acusó de nada en aquel momento. Llegué al aeropuerto a recoger a una cuñada mía que regresaba de Estados Unidos y vino a verme el jefe del aeropuerto: ‘Yáñez, quieren verte en Quinta y 14’, que era donde radicaba entonces Seguridad del Estado. Aquí me quitaron las identificaciones y de ahí me llevaron al edificio vacío del antiguo Servicio de Inteligencia Militar (SIM), donde me tuvieron un mes hasta que me descubrió mi hijo Pepe, quien formó un escándalo. Me sacaron de allí y me llevaron para Quinta y 14 de nuevo. Intenté fugarme en junio; Castro fue a verme cuando se enteró y me acusó de traidor”.
En la Causa 280/1960, el Tribunal Revolucionario de La Habana condenó a Chuchú a quince años por malversación, conspiración y otros cargos. A siete fue sancionado su hermano Bernabé como cómplice post facto. Luego de once años en la cárcel, Chuchú salió y consiguió empleo como traductor de francés en el Instituto Cubano del Libro.