La increíble historia de amor de la Cubana Edelmira Sampedro quien llegara a ser posteriormente La Condesa de Covadonga .
Alfonso de Borbón, primogénito de Alfonso XIII y Victoria Eugenia, renunció a sus derechos dinásticos para casarse con la cubana Edelmira Sampedro .
Edelmira y Alfonso el día de su boda, en 1933.
Edelmira Sampedro y Robato (Sagüa La Grande, Cuba, 1906) pudo haber sido la precursora de Letizia Ortiz. Si su romance con Alfonso de Borbón y Battenberg (Madrid, 1907), primogénito de Alfonso XIII y Victoria Eugenia, hubiese acontecido décadas más tarde, Edelmira se habría convertido en la primera Princesa de Asturias con sangre asturiana. La historia de su romance es de esas de película. Exiliado desde 1931 con el resto de su familia, Alfonso de Borbón se trataba la hemofilia en el sanatorio de Leysin. Ella pasaba una temporada en Suiza. El amor surgió a primera vista. El heredero de Alfonso XIII no consiguió ablandar a su padre y renunció a sus derechos dinásticos para casarse con la antillana. Se le despojó del Principado y quedó nombrado conde de Covadonga. Edelmira Sampedro, nieta de la asturiana Edelmira Margarita Turro Rivera, se casó con Alfonso de Borbón el 21 de junio de 1933, en la Iglesia del Sagrado Corazón de Ouchy.
A la ceremonia no asistió el rey; sí acudieron Victoria Eugenia y sus hijas, las infantas Beatriz y Cristina. Muchos expertos en realeza han puesto en entredicho la validez legal de la renuncia, realizada en una simple carta y sin las ratificaciones exigidas al Gobierno, algo imposible de conseguir en la España republicana. Además don Alfonso se retractó poco después. Alfonso XIII pidió también a Jaime, el segundo de sus hijos, sordo tras una operación que sufrió de niño, que hiciese lo mismo. Éste aceptó la petición y renunció en junio de 1933. Un tiempo después, en 1949 intentó revocar aquella decisión. Por eso, finalmente, el título y los derechos sucesorios recayeron en Don Juan, el tercero de los hijos, del que desciende la actual familia borbónica que reina en España. Como era costumbre entre las hijas de la alta burguesía cubana, la joven Edelmira Sampedro aspiraba a ennoblecer su dinero uniéndose en matrimonio con un aristócrata. La muchacha deslumbró al infante triste con su belleza, marcado por la hemofilia heredada de su madre, nieta de la reina Victoria de Inglaterra. Era hija del millonario azucarero Pablo Sampedro y Ocejo, natural de Matienzo (Cantabria) y de la cubana Edelmira Robato y Turro, hija de una asturiana. También guardaba parentesco indirecto con Alfonso Fanjul, conocido como Alfie, el rey del azúcar. El abuelo de Alfie, José Gómez-Mena, conocido como Don Pepe, se casó en segundas nupcias con Elizarda Sampedro, hermana de Edelmira. Era ministro de Agricultura de Cuba, fundador de la compañía Destiladora San Nicolás y propietario de la Nueva Compañía Azucarera Gómez-Mena. La única hija de Don Pepe, Lilliam Gómez-Mena Seiglie, contrajo matrimonio con Alfonso Fanjul Estrada, el padre de Alfie.
La vida de Alfonso de Borbón guarda semejanzas con la de su pariente el zarévich Alexis, hijo del zar Nicolás y de la zarina Alejandra, también hemofílico. Edelmira Sampedro entró en su vida y llegó la alegría, aunque no hasta el punto de forjar un matrimonio estable. El infante, con unos impresionantes ojos azules y pelo rubio de herencia inglesa que perduran en su sobrino nieto, el futuro Felipe VI, vivía permanentemente en vilo ante la posibilidad de sufrir un accidente que presentara hemorragias que no pudieran detenerse. Las malas relaciones con el rey, su padre, eran notorias. Antes de la aparición de la joven cubana, el infante rechazó a la princesa Ileana de Rumanía solo por llevarle la contraria. Fue también un precursor del ecologismo; como Carlos, príncipe de Gales, metido a granjero. En el palacete de la Quinta, en los montes madrileños del Pardo, creo una especie de paraíso verde con jardines versallescos y una explotación de gallinas y cerdos. Tras una interminable luna de miel de dos años, "La Puchunga", como era conocida cariñosamente Edelmira en la familia real, regresó a Cuba. El término "puchunga" o "puchunguita" es un apelativo cariñoso muy usado en Cuba, equivalente a "mi nena" o "mi amor". En Cuba también lleva la connotación de "pequeña". Alfonso de Borbón, desesperado, tomó un barco y decidió ir hasta la isla para reconquistarla. Vivieron unos años felices hasta que en 1936 el conde enfermó.
Alfonso XIV en el Nueva York. (El Mundo)
Se divorciaron y el infante volvió a casarse con la también cubana Marta Rocafort, apodada "La Lagarta" por su fama de "roba maridos", y a la que conoció en una fiesta en Manhattan, Nueva York. El hombre que estaba llamado a reinar en España, si las circunstancias hubiesen sido otras, murió solo el 6 de septiembre de 1938, en el hospital Gerland de Miami por culpa de un accidente de coche que se produjo a la salida de una sala de fiestas de la ciudad americana. El taxi en el que viajaba con la cigarrera Mildred Gaynor chocó contra un poste telefónico en Coral Gables, una ciudad ubicada en el condado de Miami, en el estado estadounidense de Florida. El golpe no fue muy grave, pero la hemorragia interna no pudo resolverse a causa de la hemofilia. Al entierro no fue nadie de su familia. Sólo su madre le envió flores. Los restos del tío bisabuelo del futuro Felipe VI reposan en El Escorial desde 1985. Edelmira Sampedro, que por expreso deseo de su suegro, usó el título de condesa de Covadonga hasta su fallecimiento, siempre culpó a Marta Rocafort de su divorcio. En 1985, la ex-esposa de Alfonso de Borbón le rindió un último homenaje en el aeropuerto de Miami. Al despedir el féretro para que fuera repatriado a España, se puso de rodillas, completamente derrumbada por la emoción. Ella continuó su vida en Coral Gables hasta su muerte el 23 de mayo de 1994, a los 88 años.