La Torre Vigía, historia de 💕
La torre vigia, simbolo de la Hacienda Manaca-Iznaga en Trinidad, Sancti Spiritus, Cuba
Uno de los mayores atractivos de la visita a la Hacienda Manaca-Iznaga es su Torre Vigía. Con una altura de casi 45 metros, la torre ha resistido los avatares del tiempo y los fenómenos naturales para conservar toda su belleza y esplendor. Debido al paso de los años se ha inclinado un poco, por lo que los pobladores la llaman la Torre de Pisa de Cuba.
Declarada Monumento Nacional en 1978, se cuenta que fue construida para vigilar a los esclavos en sus labores. Era el “ojo que todo lo ve” durante la plantación y con su campanario se indicaba la hora del comienzo y del fin de la jornada laboral. También se utilizaba como alarma en casos de incendios.
Fue concebida como una estructura sólida, hecha de ladrillos de barro cocido y la mezcla de cal y arena. Estos materiales, junto a la inventiva de su fabricante anónimo, conforman una torre muy resistente y duradera. Tiene siete niveles con formas geométricas diferentes que terminan en un octágono; todo esto, para darle variedad e independencia a cada piso. Cuenta con una escalera interna, restaurada hace pocos años, con 184 escalones que conectan cada espacio hasta el campanario.
Desde su altura se puede divisar todo el Valle de los Ingenios y las antiguas plantaciones. Es un momento muy especial para aquellos que visitan la zona: por un lado, se vuelve sobre los pasos de una historia feliz y triste a la vez, y por otro, se siente el estado de embeleso que provocan sus inigualables vistas.
Las leyendas alrededor de la Torre Vigía
Detalle de la cima de la torre vigia de la Hacienda Manaca-Iznaga rodeada de vegetacion y palma real
Detrás de todo el encanto de la Torre Campanario hay varias leyendas románticas, sórdidas y escalofriantes. Aunque muchos historiadores adjudican la construcción de la misma a fines meramente utilitarios, hasta nuestros días llegan historias increíbles.
Se dice que el levantamiento de la torre se debió a una disputa amorosa entre los hermanos Pedro y Alejo Iznaga. Enamorados de la misma mujer, se jugaron el amor a quien construyera la mayor obra. Otros señalan que la apuesta se debió realmente a la necesidad de encontrar reservas de agua.
Alejo se propuso construir una torre majestuosa y Pedro un pozo de gran profundidad. Un año demoró en levantar la torre, los esclavos trabajaron sin descanso día y noche, bajo el azote del mayoral, para que Alejo ganara la competencia. Más tarde, su hermano Pedro, también alcanzó su propósito y construyó un pozo que todavía hoy es utilizado por los pobladores de la zona.
Hacienda Manaca-Iznaga al fondo la torre vigia enmarcada en el cielo azul de Cuba
Tiempo después, Alejo se casa con una jovencita muy bella de la alta aristocracia trinitaria. Se dice que la llamada niña Juana, le daba alegría y vida a la hacienda, hasta que Alejo ciego de celos por un joven que pasaba todos los días por allí, le reta a duelo. La historia terminó en tragedia, Alejo hiere mortalmente al joven y encierra a la bella Juana en el penúltimo piso de la torre. Alejada de su casa y con el simple recuerdo que le proporcionaba la vista del paraje, doña Juana pierde la razón y muere.
Cuentan los pobladores del lugar que todavía hoy en las noches se ilumina el penúltimo piso de la torre y aparece la silueta de la joven Juana. Sus lamentos y quejidos pueden ser escuchados en las noches trinitarias.
Así, la Torre Manaca-Iznaga ha sido inmortalizada como símbolo del amor, y en sus paredes los visitantes dejan la rúbrica de su estancia y de sus pasiones. Muchas leyendas románticas rondan por aquí, pero lo cierto es que ese conjunto arquitectónico seduce a todos con su historia, sus vistas y su estructura. En su momento fue la mayor torre vigía de Cuba, y hasta hoy es uno de los símbolos del Valle de los Ingenios y de la ciudad de Trinidad.