LAS BUTIFARRAS DEL CONGO (Catalina de Güines)
Claro, ¿qué sería de la butifarra sin su salsa? Tan exquisito manjar fue creado por Guillermo Almentero, apodado “el Congo”, allá por el año 1955 en Catalina de Güines. Aquel alimento tipo embutido artesanal resultó ser una mezcla de carne de vacuno y cerdo, aderezado con especias y condimentos frescos, además de vinagre y hierbas aromáticas. Se convirtió en toda una curiosidad para la época y también la costumbre de sus habitantes de comerla con rebanadas de pan y salsita.
Guillermo Armenteros, conocido por el sobrenombre de El Congo desde su infancia, fue natural de esta zona, y provenía de una familia humilde dedicada al corte de caña. Era de mediana estatura, sencillo, jaranero, y dicen que bien parecido, y se calcula que haya nacido en la última década del siglo XIX.
Al principio El Congo vendía el codiciado producto que estaba ubicado dentro de una cesta, la cual se colocaba sobre su cabeza, situado en sitios cercanos a los bailes y fiestas públicas, religiosas…
Durante sus gestiones de venta pregonaba la palabra: “¡salsa!”. Todos los comensales coincidían en que era un plato exquisito. El Congo progresó con el producto de sus ventas y entonces comenzó a vender las butifarras en una carretilla parecida a las que utilizan los granizaderos, donde expendía sus productos con pan o sin él.
Con posterioridad adquirió un quiosco transportado o portátil que podía trasladarlo con facilidad de un sitio a otro. El precio consistía en cinco centavos y se incrementaba a 10, si era acompañada de un pan; en caso de que este incluyera dos unidades, su costo era de 20 centavos.
La ubicación del comercio, en sitio junto a la Carretera Central, contribuyó a engrandecer la fama de la butifarra, que en su momento era la principal del país. Este producto se elaboró según la receta original del Congo hasta el año 1964.
De ahí proviene la canción del SEPTETO NACIONAL IGNACIO PIÑEIRO MARTÍNEZ ,
"Echale Salsita "