LOS MUÑEQUITOS.
Así eran llamados en Cuba los comics, anglicismo para referirse a las revistas de historietas que alcanzaron en el país las más altas cotas de aceptación durante la década del 50. También se les decía así a los que pasaban por la televisión y el cine, los cartoons o cartones. Hubo desde siempre muy buenas tiras cómicas y caricaturas en la prensa plana nacional, pero no en forma de revistas completas.
Mucho aprendimos a leer o al menos a deletrear aún antes de empezar en el colegio por el mero afán de leerlos. Aprendíamos con la abuelita, con la tía o con algunas escuelitas en casas particulares que cobraban una modesta suma para entrar adelantados en una escuela que de por sí ya era adelantada por la calidad de los maestros, públicas y privadas. En esa época se leía, hermosa costumbre cada día más en desuso. Se leía en los parques, en espera de la novia, en las bibliotecas, antes de dormir, en los trenes y ómnibus y en el baño.
Por eso me resulta tan sospechosa la cifra que se da oficialmente de que hace 60 años uno de cada cuatro cubanos no sabía leer y de que el analfabetismo alcanzaba a mucho más de un millón de paisanos.
Pero el tema. Los muñequitos que se vendían en Cuba eran generalmente importados de México que contaba con la franquicia de las editoras norteamericanas y en el país azteca se hacían las traducciones y diagramaciones de las publicaciones hechas en E.U. la editorial Novaro tuvo el monopolio casi absoluto de la producción y venta con la razón de dos sellos : SEA Y ER. El otro grupo editorial mexicano lo fue LA PRENSA. S. A.
Cientos de títulos atiborraban las quincallas, librerías, estanquillos y a los lados de los sillones de limpiabotas colgados con palitos de tender ropa. Venían con el precio en portada 1 peso en la República Mexicana 10 centavos en Cuba, nuevos, los de uso los vendían a 5 centavos. Se coleccionaban según la preferencia y se intercambiaban entre los muchachos al igual que las postalitas.
Luego fueron prácticamente satanizados acusados de formar falsos valores, malas ideologías y patrones desviados de la infancia…. Y sustituidos por cosas pésimas y ajenas al gusto criollo.