Luís Echegoyen.
Luis Echegoyen: cuatro décadas haciendo reír
Pedro Zervigón
April 2, 2018
(El Reportero, 2 de febrero de 1984)
Luis Echegoyen, a quien se rinde homenaje pasado mañana sábado, pertenece al selecto grupo de comediantes cubanos que han hecho reír durante varias décadas a públicos de diversas latitudes.
Tal vez la mejor pareja de comediantes cubanos de este siglo sea la que estuvo integrada por Alberto Garrido y Federico Piñero, ambos ya fallecidos.
En la pareja que el público identificaba popularmente como “Chicharito y Sopeira” había una particularidad que no se produce comúnmente en los dúos de comediantes: ninguno de los dos era contrafigura, ambos poseían esa gracia natural que les permitía hacer reír solo con una leve expresión del rostro.
Alberto Garrido caracterizaba el personaje del “negrito”, extraído del tradicional teatro bufo cubano.
Hubo muchos otros “negritos” que intentaron competir con Garrido pero ninguno logró comparársele en el cariño y la admiración del público.
Sus frases se popularizaban con sorprendente rapidez y eran repetidas por personas de todas las edades y niveles sociales en los más recónditos rincones del país.
Federico Piñero, por su parte, caracterizaba al “gallego”, otro personaje típico del teatro bufo cubano, y representaba esa gran masa de españoles, procedentes en su mayoría de Galicia, que escogieron Cuba como su hogar desde los años treinta.
También hubo otros “gallegos” que rivalizaron con Piñero –recuerdo uno muy simpático, también fallecido, de nombre Adolfo Otero– pero el compañero de Alberto Garrido poseía ese carisma de los que están predestinados a calar profundamente en el arraigo del pueblo.
A pesar de su gran calidad de comediantes y por razones que desconozco, Garrido y Piñero nunca tuvieron mucha difusión en otros países, contrario a lo ocurrido con la otra pareja cimera de comediantes cubanos, compuesta por Leopoldo Fernández y Aníbal de Mar, cuyo programa “La Tremenda Corte” fue durante muchos años el más exitoso espacio radial en numerosos países de América Latina, en algunos de los cuales aún se transmite.
Leopoldo, conocido internacionalmente como “Trespatines” por su personaje en ese recordado programa radial, popularizó después otro personaje que prácticamente le cambió el nombre: a partir de ese momento todo el mundo le llamó “Pototo”, aunque los íntimos le siguieron diciendo Leopoldo y los de otros países latinoamericanos continuaron llamándolo “Trespatines”.
La pareja de Leopoldo Fernández y Aníbal de Mar –que en realidad más que pareja era trío ya que al dúo se sumó una veterana comediante, Mimí Cal, la “Nananina” de la serie radial– tenía una dinámica distinta a la de Garrido y Piñero ya que los chistes descansaban básicamente en el primero, actuando el segundo como contrafigura.
En medio de esa dura competencia de formidables duetos cómicos, Luis Echegoyen hizo pareja por algunos años con otro gran comediante cubano, José Alvariño.
Pero lo suyo eran las caracterizaciones.
Desde que estudiaba en el Colegio Los Maristas de La Habana, Echegoyen acostumbraba hacer imitaciones de sus profesores y compañeros de clase.
Su primera oportunidad profesional se produjo precisamente haciendo imitaciones en “La Tremenda Corte”, a la sombra de Leopoldo Fernández, Aníbal de Mar y Mimí Cal, que eran las estrellas del programa.
Cuatro años después de haberse iniciado profesionalmente en ese popular espacio radial le llegó la oportunidad, cuando se le confió la responsabilidad de estelarizar un nuevo programa, “Mil voces y un solo artista”, en que podía dar rienda suelta a su enorme talento como imitador.
Fue así como surgieron los personajes que le dieron fama.
Mamacusa Alambrito y Cuquita Sobrosura fueron los dos personajes femeninos más famosos que creó: la primera era una mujer entrada en años, la segunda una mujer joven.
Arbogasto Pomarrosa y Tino Dentino, sus dos personajes masculinos más exitosos, eran totalmente contrapuestos: el primero sumamente ingenuo, el segundo se pasaba de listo.
Cuando llegó la televisión, Echegoyen se las arregló para darles presencia física a todos estos personajes y logró la hazaña de transportarlos con éxito de un medio a otro.
En Puerto Rico, Echegoyen laboró muchos años junto a Adalberto Rodríguez (Machuchal) en “La Taberna India”, el programa que por largo tiempo lideró las encuestas de televisión, llegando a alcanzar la enormidad de 64 puntos de audiencia.
Posteriormente el destacado comediante cubano trabajó en programas como “El Show de las Doce”, “Revolú Sabatino con Tino Dentino”, “El Show de Luis Echegoyen” (que formaba parte de “Lo mejor de la semana”), “En mi barrio”, “Maví”, “Este es su Conjunto Quisqueya”, y una novela cómica que se transmitía por el Canal 7 y llevaba por título “Black Power”.
Hace tres años la figura de Luis Echegoyen desapareció de los hogares puertorriqueños debido a que el comediante se mudó a la ciudad de Miami, donde actualmente reside.
Por extrañas coincidencias del destino, el homenaje que este sábado se rinde a Luis Echegoyen coincide con las presentaciones que durante este fin de semana hará en San Juan un comediante cubano de una generación posterior a la suya que ha logrado un notable éxito en distintos países de América Latina con su personal estilo y su agudo sentido del humor: Guillermo Álvarez Guedes.
Esa noche, aunque en escenarios distintos, sospecho que Álvarez Guedes estará dedicando su función a quien tras más de cuarenta años haciendo reír se ha ganado un sitial entre los mejores comediantes que han producido las Antillas.
Rey González