<< Luisa Fernández Morrell, la pintora olvidada >>
Luisa Fernández Morrell era dueña de un estilo de trazo luminoso que fue consolidando a lo largo de su formación académica, que no se limitaría a las fronteras nacionales. Su obra tiene el valor de reivindicar la óptica femenina sobre el paisaje y las figuras que plasmó, lo cual ejerció cierta influencia sobre creadoras de etapas posteriores.
Nació en la ciudad de La Habana en 1897 y cursó la primera y segunda enseñanza en la capital, graduándose de Bachiller en Ciencias.
Aunque se había graduado, desde edades tempranas manifestó su interés por la creación artística y estudió en la Academia de San Alejandro, donde obtuvo excelentes resultados. Continuó su formación en Italia, aunando los estudios artísticos con los del idioma, esto último en la Academia Víctor Manuel III. Posteriormente viajó a los Estados Unidos y allí perfeccionó las técnicas pictóricas que ya empleaba, complementando los conocimientos adquiridos.
En 1927 había regresado ya a Cuba y comenzó entonces a desempeñarse como profesora de la Academia de San Alejandro, lo cual hizo en varias cátedras, contribuyendo a la formación integral de sus alumnos. Sus acuarelas fueron reconocidas por la crítica especializada y por ellas recibió, entre otros, el Premio en Colorido del Ministerio de Educación y el del Círculo de Bellas Artes de La Habana.
Entre las vertientes pictóricas que cultivó se cuentan la acuarelas y los paisajes, así comó el ámbito de las flores, con sus variedades morfológicas y cromáticas. Algunas obras de esta autora se encuentran en el Museo Nacional de Bellas Artes y en la Academia de San Alejandro, así como otras instituciones. Particularmente el plantel de San Alejandro conserva una grata memoria de esta artista, su personalidad y su obra.
Fallece en La Habana en fecha no precisada después de 1952.