MARTÍ Y EL BARBERO 💈
Hallándose en Cayo Hueso, y mientras corrían los años de 1893-1894, Martí se encaminó un día a la barbería del señor Blanco. Mientras le cortaba el cabello, el barbero le propuso: «¿Quiere que le quite cuatro o cinco canas que tiene? Es un lástima dejarlas en tan buen pelo». Martí agradeció pero le respondió que no y a continuación el barbero preguntó de nuevo: «¿Quiere que le eche loción?». Otra vez el cliente agradeció y dio un no por respuesta. Entonces pensó Martí que tan amable barbero merecía una explicación y con suavidad le dijo: «Mire, señor Blanco, no quise la loción porque sencillamente no la uso, en cuanto a las canas, son tan pocas que no me pesan y no hay peligro que aumenten, porque el destino no va a permitir que otras vengan a hacerles compañía».