Algunas veces yo me visto de nostalgia,
y me permito así llorar en mis adentros.
Algunas veces los recuerdos se pasean…
dejo llegar tan solo un poco de su viento.
Yo soy humana, y como humana danzo en ellos
Y así permito que se llueva en mis pupilas.
Pues estar vivo, es traer a la memoria
Todos los pasos que formaron nuestra vida.
Una princesa chiquitita, bailarina…
!que en sus ternuras me envolvía cada mañana!
Iluminándome la cara con sonrisas
con ocurrencias, mas historias encantadas.
Mi rey hermoso….!el rebelde! !el más rejego!
Ese que a veces me sacaba de lugar.
Pero era tierno, cariñoso y tan cercano
con sus abrazos…¡Todo me lo hacía olvidar !
Mi negro bello…el más sensato de los cuatro.
A él le habitaba madurez y don de hablar.
El les hacía entender si se perdían
!Y buen consejo siempre supo como dar!
También menciono a mi príncipe primero.
Por el llegué a sendero de maternidad.
Vivió conmigo vientos fuertes…!vientos fieros!
Y en su presencia me enseñé a no claudicar.
!Mis cuatro torres! las que siempre sostuvieron…
mis tristes brazos cuando se solían cansar.
Los cuatro seres que adornaron con presencia
La vida mía con azul felicidad.
!Como quisiera muchas veces ir al tiempo!
Hasta ese tiempo en que estaban pequeñitos.
Volver a ver los cuatro pares de luceros….
que con mirarme…me hacían sonreír bonito.
Y sus sonrisas como cuatro solecitos
que me alumbraban cada noche y cada día.
Sus ocurrencias que bañábanme bonito…
Y así olvidaba la dureza de la vida.
!Si yo tuviese la virtud de ir atrás tiempo…
para volver a estar con todos a mi lado
como aquel ave que protege a sus polluelos
¡Sería sin duda un enorme y gran regalo!
Solo divago….pues mi mente lo permite.
Yo sé que el tiempo pasa siempre y sin parar.
Pero me gusta a mí soñar que aún los tengo
!que los abrazo y que los puedo consolar!
Todos se alejan porque así quiere la vida.
Vuelan en pos de gran y azul felicidad.
!Mi mente entiende y se que nada es eterno!
El corazón es quien no quiere ver verdad.
A veces llegan esas noches silenciosas…
y el pensamiento vuela alto como un ave.
Y en los recuerdos de mi mente se despiertan…
¡Ganas inmensas de tenerles y abrazarles!
Así es la vida…pues los hijos no son nuestros.
Con propias alas ellos deben de volar.
Aunque se quede el corazón adolorido
y llueva adentro fuertemente y sin cesar.
Hay noches tristes, en que abrazo es necesario.
Y yo me abrazo a los recuerdos y a esas chispas.
A esos momentos, que como rayo pasaron…
!y aún me parece oir de todos blanca risa!
!ojalá eternos fuesen siempre esos momentos!
Pero no existe nada eterno en esta tierra.
Solo nos queda alimentarnos de esas luces…
! Esas que brillan en las noches cómo estrellas !
Es ley de vida que suceda de ese modo.
Así lo entiende mi mente y no es mentira.
Pero la mente y corazón ya no concuerdan.
¡Pues son distintas sus miradas de la vida!
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