Padre Pico, la escalonada calle de Santiago de Cuba que es todo un símbolo de la ciudad.
Padre Pico, la escalonada calle de Santiago de Cuba es uno de los símbolos indiscutibles de la ciudad oriental.
Cuentan que, en la década de 1950 un chofer quiso probar su pericia conduciendo su auto Padre Pico abajo a través de sus 52 escalones. El Ford fue dando saltos entre las miradas curiosas de los santiagueros que se habían reunido para presenciar el curioso acontecimiento. Nadie recuerda si el carro quedó hecho leña o quién fue el chofer; pero más de medio siglo después, la calle Padre Pico está tan entera como el primer día.
La abundante presencia en Santiago de Cuba de empinadas cuestas, convirtió a las calles escalonadas como Padre Pico en una necesidad casi vital. Así surgieron a lo largo de los años por toda la urbe varias escaleras como las del Callejón Santiago y de la Virgen; pero ninguna pudo superar la majestuosidad de Padre Pico, ni en Santiago de Cuba, ni en ninguna otra ciudad de Cuba.
Se construyó la calle Padre Pico en 1899 a instancias del alcalde y benefactor de la ciudad Don Emilio Bacardí. Fue él mismo quien propuso llamarla de esa forma en honor al sacerdote católico Bernardo del Pico, muy querido en Santiago de Cuba por su consagración a las obras benéficas.
Como la escalera es la prolongación de varios hogares, resulta todo un espectáculo ver como al caer la tarde, los vecinos colocan las mesas en Padre Pico y se reúnen a su alrededor para disputar partidas de dominó o se sientan en los escalones en grupos para hacer el resumen del día.
Para los que visitan por primera vez Santiago de Cuba, Padre Pico es una visita obligada. Su cumbre constituye un excelso mirador desde el que se puede disfrutar de las vistas de la ciudad y tomar fotografías únicas. 🇨🇺