Parece que hay un mal tiempo por ahiii
A principios del siglo XX cuando era extraño tener bisabuelos vivos y los abuelos eran escasos, la azúcar prieta se refinaba en las casas.
Según me contaba mi Papá, su abuela Juanita o sea mi bisabuela, se levantaba siempre temprano; el día que iba a refinar azúcar ponía un inmenso caldero en el patio, preparaba la leña para el fuego, añadía el azúcar crudo, agua y es posible que carbonato de calcio o roca caliza molida y a darle fuego a aquel caldero durante todo el día además de seguir otros procesos posteriores.
Esta mi bisabuela era una señora de pelo blanco con moño encima o detrás de la cabeza, flaquita, de pequeña estatura, muy activa, trabajadora, cariñosa, además viuda a usanza de la época, con su vestido negro y cuellito blanco del luto a medio terminar por años.
Ella desempeñaba múltiples labores domésticas pero sus fortalezas eran: los dulces de frutas en almíbar, dulce de leche o de coco, refinado de azúcar y lo máximo: la predicción del tiempo.
En esa época Millás, Capitán de Corbeta, era niño, Rubiera no pensaba en nacer, el NHC de Miami, ni se soñaba que se fundara, los “mal tiempo” eran pronosticados en base al reuma, los callos o la propia intuición de las personas integrando los efectos que se sienten a partir de diferentes fenómenos atmosféricos
Según mi Papá, un cielo rojo al atardecer en invierno provocaba el parte meteorológico de Juanita: mañana va a hacer frío.
Todos los días observaba el cielo. Si en verano un día se presentaba con «cielo raro” nublado en lo alto con una “extraña calma” y por último al día siguiente se veía cielo nublado y nubes bajas muy móviles, emitía su parte final:
–Parece que hay un mal tiempo por ahii, (sin acento en la i estirada), los celajes se están moviendo—
Decían que nunca fallaba. A continuación ordenaba:
–Que se llenen de agua todas las tinajas y vamos a atrancar las puertas—
–Maten un puerco, busquen plátanos y guarden leña–
Antes de las veinticuatro horas estaba soplando el ciclón
Si esta bisabuela hubiera nacido más tarde quizás estuviera ella en vez de Rubiera en Cuba o hiciera los pronósticos del NHC.
Publicación de Juan Fernandez