PATRIA Y VIDA
Allá lejos de mí, allende los mares,
de oriente a occidente alargada y estrecha,
hay una pequeña isla que parece un caimán,
de amores y dolores su tierra está hecha.
Por mis recuerdos puedo desde aquí contemplarla,
escucho su música, veo sus paisajes,
en lo más alto ondeando mi bandera,
y a mi bella Virgencita, vestida con encajes.
Es mi Cuba, mi patria querida
de la que partí por nuevos amores
pero que en mi alma la llevo metida,
y con su recuerdo mitigo dolores.
Pero mal vive mi pueblo, lloran mis hermanos,
está triste, angustiada y sufriendo,
siguen dictadores causando agresiones,
ideologías falsas por banderas ondeando.
Sesenta y dos años y no ocurre un cambio,
buscando una sonrisa en otras orillas,
los menos optimistas se lanzan a los mares,
por las que se encuentran a 90 millas.
El Mar Caribe convertido en un sepulcro,
de muchos de ellos que no las alcanzaron,
muchas madres lloran por sus hijos perdidos,
otras pocas sonríen por los que lo lograron.
Mi pueblo no soporta tanto sufrimiento,
se lanza a las calles a sus derechos reclamar,
pide alimentos, medicinas, también pide vida,
pide poder sus gobernantes designar.
Pero en vez de escucharlo y buscar soluciones,
mandan un ejército a un pueblo desarmado,
a sus partidarios a enfrentar a sus hermanos,
y guerra civil para lo demandado.
Cuba pide apoyo al mundo circundante,
incapaz de hacer frente al cruel armamentismo,
SOS, grita desesperada a los cuatro vientos,
pues no quiere sucumbir al cataclismo.
Oh patria mía, no puedo desfilar contigo hombro con hombro como hubiera querido,
pero mi pluma sí puede gritar en mi lugar,
PATRIA Y VIDA, para mi pueblo herido.
Dágmar Porro
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