Con ese propósito se han agrupado los escritos que ahora se reúnen en doce secciones, cuyos títulos anuncian su contenido principal, o su forma, y son los siguientes:
Cubanos
Política y revolución
Nuestra América
Hispanoamericanos
Escenas hispanoamericanas
Norteamericanos
Escenas norteamericanas
Europa
Cartas
Poesía
Crítica artística y literaria
Teatro, novela y cuento
Cuando la extensión del material lo permitía, o su importancia lo justificaba, aparecen los textos en su totalidad; en los otros casos se ofrecen con preferencia los pasajes más logrados o representativos, acompañados donde convenía de alguna explicación para su mejor entendimiento y seguidos de los datos sobre su publicación, cuando éstos se conocen. En los lugares en que algo se suprime, dentro del escrito, se indica con tres puntos entre corchetes […].
Para facilitarle al lector el manejo de este libro, una Nota precede cada uno de los capítulos que lo forman, todos, sin embargo, entrañablemente unidos por la misma vocación artística y misionera de Martí, y por el insuperable estilo del escritor.
Al natural empeño de divulgación, esta Antología une el de inducir a sus lectores a la consulta y al estudio de los textos íntegros de donde estas páginas vienen, por lo que al final ofrece, en un «Índice de Fuentes», la relación de ellos con datos sobre su procedencia. Y en la «Cronología» que sigue a esta «Presentación» aparecen los momentos más importantes en la vida de Martí, aquéllos que dan a conocer la ocasión y la circunstancia en que los textos fueron escritos.
Dijo Martí que Simón Bolívar estaba en el cielo de América, «vigilante y ceñudo, sentado aún en la roca de crear», porque quedó incompleta la obra que había empezado. De Martí puede repetirse lo que dijo sobre El Libertador, porque también lo que él «no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy», en particular en su patria. Esta obra que sale en el centenario de Dos Ríos, en su modesta escala, quiere ayudar a su noble empeño de creación.
En la etapa final de esta Antología intervino con la mayor eficiencia el profesor Eduardo Lolo, y en su revisión última, con toda generosidad ayudaron el doctor Fernando Jiménez y su esposa Beatriz, para quienes también deja aquí el compilador testimonio de gratitud.