Pupy García, uno de los mejores boxeadores cubanos de todos los tiempos.
Antonio “Puppy” García fue un boxeador de los pesos ligeros, muy agresivo, de amplia popularidad entre los aficionados al deporte de los puños. Puppy nació el 31 de octubre de 1932 en la Habana y debutó como púgil profesional el 30 de junio de 1949, en pelea contra José Lugo, en el Palacio de los Deportes de la Habana, combate que terminó con victoria por KO para el habanero. En su carrera, la que se extendió hasta 1959, ganó 36 peleas, 17 por la vía rápida, perdió 8, la mitad por KO y entabló.
El campeón pluma en los años cincuenta y una de las glorias del boxeo cubano, Antonio ‘Puppy’ García falleció en el 2005 en Miami.
«Era, sin duda, uno de los púgiles más populares y taquilleros de todos los tiempos en Cuba», recuerda Enrique Encinosa, un especialista en la materia, quien ha escrito copiosamente sobre el boxeo de la Isla. «Arrastraba mucho público».
Muchos de los que le vieron encima de un cuadrilátero recuerdan su estilo valiente e incesante, que no daba ni pedía tregua, lo cual aseguraba el Žxito de cualquier velada donde estuviese presente.
Todavía se comentan sus combates con Ciro Moracén como si fueran jornadas inolvidables. Sus peleas eran de campana a campana y ganó bastante dinero par la época, a veces mas de 3.000 pesos por cartel.
García, que terminó con un récord de 37 victorias —17 por la vía del nocáut— y ocho derrotas, llenaba el Palacio de los Deportes de La Habana con facilidad, pues el público sabía lo que le esperaba.
«El mayor ídolo de Cuba era un muchacho llamado Puppy García», rememoró recientemente en una entrevista el genial entrenador Angelo Dundee. «Era alguien digno de ver, un guerrero que sangraba mucho».
Dundee, quien con su hermano Chris, permitió el establecimiento de una pléyade de boxeadores cubanos cuando triunfó el régimen de Fidel Castro, tuvo el interés de dar a conocer a García en los cuadriláteros estadounidenses, pero nunca pudo contactarlo después de 1959.
«García, simplemente desapareció», acotó Dundee, quien planeaba darle una oportunidad por un título mundial.
Pero la realidad era que el que fuera campeón pluma cubano en los años cincuenta se encontraba en un combate con otro rival al que trató de derribar.
«Puppy comenzó a conspirar contra Castro y cayó preso», explicó Encinosa. «Ya su carrera estaba casi al final, pero él decidió luchar contra el régimen y estuvo preso varios años».
Finalmente, García logró llegar a Estados Unidos durante los sucesos del Mariel y siempre se le consideró una de las glorias del deporte nacional que sobrepasó el paso del tiempo.
Hace unas semanas recibió un último homenaje durante un cartel preparado por el promotor Richard Doval y fue el propio Encinosa quien le entregó una placa de homenaje al ya anciano fajador.
«Subirme a un ring con él fue un gran honor para mí», apuntó Encinosa. «Su popularidad no tuvo límites, cuando sangraba parecía un toro herido. Entonces, embestía igual, como un toro herido».
Publicación de Rey González