¿QUÉ SUCEDIÓ CON ESTÁ GRANDIOSA CANTANTE EN 1970?
Cuándo, sin la menor duda, ya era todo un suceso mediático en CUBA.
Por. Henry Puente.
No existe discusión, 1970 fue un año concluyente para la nación cubana, sucedieron muchísimas cosas que determinaron el destino de la isla, por supuesto, el mundo artístico junto al musical, no estuvo exento de ese complicado proceso, incluso, en ocasiones, muchos intentaron dañar sin razón alguna a determinados artistas, no se puede olvidar que para esa fecha estaban presente dos factores horrorosos que socavaron el arte nacional cuantiosamente, la parametrización, unida a las inefables e injustas evaluaciones.
Disculpen que en está reseña solo haga referencia a las intérpretes del sexo femenino, próximamente le dedicaré otra a los grandes cantantes masculinos que, sin la menor duda, son muchos. Igualmente, ellos poseen una historia interesantísima repleta de injusticias e incomprensiones, puedo incluir a los cuartetos, conjuntos y agrupaciones, ahí también existe bastante tela por dónde cortar, por tanto, merecen una sección de literatura mediática aparte.
Sin vacilación, para esa fecha(1970) la cantante más idolatrada en la mayor de las Antillas era Beatriz Márquez, quién en forma categórica, quizás junto a Maggie Carlés y el dúo de Mirtha y Raúl, habían pasado a ocupar los primeros lugares de la preferencia de punta a punta de la isla.
Por supuesto, estaban las vacas sagradas, monstruos intocables, que también incursionaban en la canción popular moderna, a esa gama pertenecían, Rosita Fornés, Elena Burke, Ela Calvo, Moraima Secada, dentro de esa categoría aún no estaban incluidas Omara Portuondo, recién salida apenas 2 años atrás del famoso cuarteto Las D’Aida, quién más tarde llegaría a ser lo que todos conocen, lo mismo sucedió con Leonora Rega, una de mis grandes preferidas, que se destacaría mucho más un tiempo después.
No deja de ser cierto que fue un período dónde cantantes de ambos sexos, que ocuparon durante los años 60 el summum de la popularidad, habían desaparecido de la palestra pública, algunos optaron por el exilio, otros fueron castigados siendo eliminados en forma total de la radio y televisión, como fue el caso de la súper famosa Martha Strada, convertida en una proscrita, sin saber aún a ciencia cierta, los motivos de ¿ Por qué sucedió semejante atropelló ?
Exceptuado el triste y sorpresivo suicidio de otra conocida, Yolanda Brito, también corrieron con el mismo destino de Strada, Georgia Gálvez, Pilar Moráguez, Aida Rosa y Teresita Herrera, figuras que tuvieron su gran momento de aceptación popular durante los 60, asimismo, flotaba entre ellas Miriam Ramos, la que expresó durante una entrevista que le realizó el canta-autor Amaury Pérez Vidal, la mejor definición sobre si misma que he escuchado, cuando el entrevistador se refirió a esa época, la intelectual y exquisita cantante respondió: «El problema es que yo estaba sin estar» siendo cierto, ella siempre fue y pretendió otra cosa, algo que más tarde conseguiría.
Conlleva innegable, que la partida sin retorno hacía tierras europeas, de Luisa María Güell en 1968, la gran estrella juvenil durante los años 60, fue un duró golpe para la cultura cubana, era adorada masivamente dentro del país, entonces no quedó de otra, había que entretener a la juventud, ahí las autoridades se dieron a la tarea de buscar rápidamente una sustituta, que resultó ser Maggie Carlés, la cual, sí consideramos que las sustitutas nunca son aceptadas, tuvo suerte, desde que se presentó en televisión en Septiembre de 1967, contó con el beneplácito del público en general, e inmediatamente se transformó en una admirada estrella.
Mención aparte merece una mujer tan excepcional y descomunalmente grande como Farah María, es precisamente durante el año 1970, que decide abandonar el trío que había sobrevivido del otrora cuarteto de Meme Solís (Los Meme), el cuál gozó de un éxito sin precedentes, esté en unión de Los Zafiros, representan ser los dos cuartetos más famosos de todos los tiempos dentro de la música cubana, Farah en solitario, por derecho propio, no solo alcanzó la categoría de diva, si no que consiguió ser la más premiada internacionalmente, de igual forma, adorada y amada hasta el paroxismo, pocas artistas han alcanzado esa idolatría por parte de su público, al día de hoy convertida en leyenda para la eternidad.
La inmensa Beatriz Márquez, debutaría en 1968, con ella no hubo pausa alguna, desde su primera vez se supo que estaba destinada a ser lo que muy pronto fue, un auténtico genio e ídolo de la canción popular, con el trascurso de los años, hasta nuestros días, nada de eso vario, diría que todo lo contario, perfecta en su andar y desarrollo, no solo es «La Musicalísima», epíteto con el cual la bautizó el periodista Orlando Quiroga, si no también desde mi punto de vista, la más perfecta, la más conocedora, la más capaz musicalmente y la mejor.
¿ Qué pasó con Beatriz Márquez en 1970? Estaba previsto por parte de la redacción de la Televisión Cubana buscar una imagen que apareciera como representante de Cuba para promocionar el «Festival de Varadero» que se efectuaría ese año en el conocido balneario, después de terminado el evento y pensando en los próximos, se planificó una divulgación a nivel mundial, ese era el objetivo, entonces dos prestigiosos directores de la institución, Carlos Piñeiro junto a Pedraza Ginori, uno hacía la dirección escénica y el otro la de cámaras, inmediatamente sugirieron fuese la imagen de Beatriz Márquez, los motivos para esa proposición eran obvios, había sido por una enorme diferencia la interpreté cubana más aplaudida del festival, un fenómeno de fama y demanda, por ende, les parecía justo fuese su rostro y sus grabaciones, las que ocuparán el espacio que dedicarían a nuestro país, en el despliegue gráfico que acompañaría un respectivo texto, escrito para destacar la grandeza de la aún muy joven cantante.
Pero no resultó tan fácil, varios truhanes ignorantes con poder se opusieron drásticamente, exponiendo que nadie la conocía fuera de Cuba, ni tan siquiera en América Latina, dónde iría una gran parte de la publicidad, muy irritado Piñeiro contestó, que era más que evidente el talento de la artista, que su triunfo era conciso, que lo había obtenido por derecho propio, y que como era posible que la conociesen por el Mundo si no se le brindaba la oportunidad de una adecuada y digna publicidad, aún así, seguían insistiendo que no era la idónea para semejante empresa, la situación llegó a límites insospechados, al punto, que ambos directores se retiraron del evento.
Al final está decisión ayudo, más por miedo que por convencimiento, pues después de muchos tira y afloja, salió la promoción incluyendo la foto de Beatriz, en el número de febrero del 71 y en un despliegue de trece páginas con sendo reportaje dedicado a la colosal artista, que vio y leyó el Mundo enteró.
Lo más divertido resulta, que después de tantos contratiempos y amargas discusiones, la estrella interesada nunca supo de lo ocurrido, creo que al día de hoy aún lo desconoce. Pero eso no tiene importancia, porque el tiempo demostró que valió la pena establecer la lucha por hacer lo correcto, ya que desde mucho, Beatriz Márquez se transformó en ícono, una auténtica y genuina gloria de la cultural cubana, para orgullo de todos nosotros, los que la amamos fervorosamente….