se encontraba en medio de uno de los centros comerciales de La Habana. Su ubicación en la calle Águila #365 entre Neptuno y San Miguel, hacía que estuviera justo en el medio entre el conocido Boulevard de San Rafael y los comercios de la calle Neptuno; y a pocos metros de los establecimientos de Galiano, especialmente la tienda El Encanto.
La peletería se ubicó en la planta baja del edificio que aún hoy día se alza en Águila. Su propietario fue Alfredo Manrara, quien además poseía otra tienda similar en la calle Monte #665 bajo el nombre de La Corona. Al parecer el hombre de alguna manera quería pertenecer a la monarquía. Bromas aparte resulta curioso que ambos establecimientos tuvieran nombres relacionados con los adornos más reconocidos de la realeza, y que además la nueva tienda en Águila tuviera un rango “menor” a la de Monte