Según cuenta el arquitecto Omar López, Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba, algún tiempo después llega al puerto de este territorio un barco de Italia con una caja destinada a las Maestras del Colegio Spencer, para sorpresas de ellas su contenido era el busto del Maestro recibido con alegría por todos los martianos que vieron al fin hecho realidad sus sueños.
Fue entonces que el 19 de mayo de 1913 se coloca el busto del creador del Partido Revolucionario Cubano encabezando su tumba en el Templete, donde reposaban sus restos por aquella época en el campo santiaguero, hasta que se construyó el actual Mausoleo a donde llegan constantemente cubanos y extranjeros para venerar a tan insigne patriota.
Poseedor de una fina calidad artística, el Busto de José Martí se conserva y preside una de las Salas del Antiguo Ayuntamiento