Sonrisas con déficit de calcio. Uniformes zurcidos. Zapatos remendados. Mochilas llenas de libros creados para adoctrinar la conducta desde temprana edad. Otro día sin llevar merienda.
La hora del almuerzo, poco y mal elaborado de los comedores escolares. La leche dejó de ser un derecho a los 7 años. Las confituras sólo disponibles en las vitrinas y para los que reciben dólares o euros.
La madre ya intentó mil formas, sólo le falta prostituirse.
El padre empaca todos sus sueños en una maleta rumbo a un país desconocido. Sabe que quizás no vuelva a abrazar a su hijo hasta pasados muchos años.
Somos continuidad, dijo el gobierno. Y continuará…
Y si eso no te fuerzas para unirte al cambio, créeme. Continuará.