TE BAILO O ME COMO UNA TIMBA?. TÚ DECIDES.
Hay una referencia por ahí, que habla sobre los orígenes del Pan con Timba, donde se enuncia que este nombre se lo debemos a los ingleses durante su estancia en Cuba, allá en el 1874.
Realmente la historia no podemos desligarla de la gastronomía o mejor viceversa, porque van cuasi de la mano. A ver, mejor me explico.
Según los datos, la dominación inglesa en la Habana fue corta, con un lapso de tiempo de apenas un año entre 1762-1763 y si bien en esas andanzas por internet se dice que el nombre de Timba se lo debemos a ellos, no me cierra la lista con el billete cronológicamente.
Se plantea que el nombre de TIMBA viene de una deformación léxica de “TIMBER”, que en inglés se traduce “a los travesaños de madera untados de petróleo que utilizaban para construir las líneas férreas o vigas gruesas, que se pueden usar para construir techos”. Si tengo que ponerme un poco quisquillosa y tratar de entender el meollo de este asunto, diría que por un lado tendría un poco de razón la similitud de la barra de guayaba un poco roja intensa por no decir negruzca y el nombre le vino como anillo al dedo, sin descontar que ellos dijeron TIMBER y nosotros dijimos TIMBA y se acabó. Pero, si voy profundizando un poco más y reflexiono sobre esa historia de internet donde dicen “que los ingleses en el año 1874 llegaron a la isla a instalar el ferrocarril que uniría a Bejucal con La Habana”…. Ummmm, sin ganas de ser la belicosa del grupo, pero acá hay gato encerrado o cuento de camino, porque amigos míos, la historia está muy mal contada.
Los ingleses se fueron de Cuba en el año 1763, luego de firmar un medio acuerdo cual juego de niños, donde ellos se ibán a una parte del Mundo y los españoles se quedaban con la otra. Chen chere chen , bacalao con pie o mejor flor amarilla flor colorá, si tienes vergüenza no me hables más y listo. Así que los primeros no se portaron más por nuestros puertos porque en aquella época el honor y la palabra estaba por encima de todo.
El ferrocarril nos llega de la mano en el 1830, de la mano de Claudio Martínez de Pinillo, el Conde de Villanueva, nacido en La Habana y por lo tanto un tremendisimo criollo, que obvio no tuve el placer de conocer pero que seguro, era ese tipo de jóvenes gallardos mezcla de todo, imposible de no mirarlo con intensidad y sabrosura al estilo los personajes de Sol de Batey…. Bueno…esperen, que ya me fui de la historia. Ahí sigo…jajaja. El caso es que como les estaba contando, que al ferrocarril le dimos vida nosotros como primer país de América Latina y el séptimo país del Mundo en utilizarlo y fue tan de ringo rango la cosa que hasta se creó para iniciar su construcción, una Comisión de nombre “Junta del Camino de Hierro”, pa llá va eso. Al principio el objetivo de este maravilloso medio de transporte era exclusivamente comercial, pero luego se volvió un transporte de pasajeros masivo.
El primer tramo ferroviario de Cuba se registró despúes de 7 años de construcción, entre La Habana y Bejucal, el día Domingo 19 de noviembre de 1837, luego de que más de 2000 personas murieran en la gran labor y casi en condiciones de esclavitud. Nada para asombrar, sabemos que estas titánicas proezas, se las debemos al sudor y la sangre de muchos cuerpos, por eso, las tenemos que valorar y agradecer.
Ahora imaginemos el momento, pongámonos en los pies de la historia, usemos la imaginación y pensemos. Tremendo calor, muchas personas trabajando, el griterío, las tensiones, los variados dialectos de los que trabajaban vs los que estaban dirigiendo y Un caos total. El único refugio era sentarse un rato si los dejaban y deglutir porque ni para saborear estaba la cosa, lo que tenían en el jolongo. Todos sabemos que no eran de las clases más pudientes estos compatriotas, ¿qué más podían llevarse a la boca esos obreros cubanos a la hora de almorzar que le diera ánimo al cuerpo?…. un pedazo de guayaba caballero!!!!… con la cantidad de azúcar que esas barras tienen y vitamina C de paso, ya era un motor de energías para palear las horas y entretener el estómago. Y si había, un poco de pan y hasta un poco de queso, vaya, que fortuna.
Entonces ahí viene la otra parte, donde la historia dice, “Cuando los ingleses notaron el color que tenía aquel dulce, empezaron a decirle a los trabajadores que su almuerzo parecía un pan con timber. Luego de eso, los obreros comenzaron a usar el nombre de pan con timba“.
El primer especialista contratado para una obra ferroviaria en Cuba fue el norteamericano Benjamin Wright, pero en realidad el que cumplió ese contrato fue el ingeniero norteamericano Alfredo Cruger, porque el inicial estaba enfermo. Entonces ese “inglés” del que hablan en internet, no pudimos diferenciar los acentos y nos dio lo mismo ocho que ochenta y ocho. Los cubanos metemos a todo el mundo en el mismo saco y le decimos chinos a los japoneses, coreanos o tailandeses y este norteamericano pasó a ser inglés por mano y obra del espíritu santo…no, digo, cubano. Jaaja
Conclusión, que conociéndonos seguro los obreros escucharon “Timber” y con tremendo relajo como es usual a la Identidad caribeña, repetimos al chamusqueado y allá fue eso, de Timber pasamos a Timba y listo, rebautizado el Pan con guayaba. Confieso que le queda hasta bonito el nombre y es bien original. Y no se asusten, que en la historia de la gastronomía más de un platillo le debe su nombre a deformaciones léxicas, no nos creamos los únicos.
Y para seguir remarcando que NO SOMOS LOS ÚNICOS en esta perfecta combinación, porque si que es perfecta….ahí le pongo un ejemplo de cómo le llaman en otros países.
Colombia: Bocadillo con queso o Casado. Al dulce de guayaba le dicen Bocadillo, pero aclaran si va con queso o con cremita de leche, igualita a la de nosotras. Se come también sin pan.
Brasil: Romeo y Julieta. Se consume sólo sin pan.
Paraguay: Arasa kesuré (gracias a Guido Penayo que me facilitó el nombre, un joven muy talentoso que gracias a su página en Face, transmite al mundo las maravillas de su bello Paraguay. Si quieren seguir sus recetas muy parecidas a las nuestras, en el Facebook lo encuentran). Allá es común esta dupla sin pan, se come así solo el queso con la guayaba y se disfruta mucho.
Argentina: Vigilante / Queso y dulce. La gran diferencia de este postre respecto al nuestro, es que no usan Guayaba sino Membrillo, un primo hermano de la misma especie al igual que la Pera, pero que no sabe ni remotamente igual a la Guayaba. Es mi discusión eterna con los de acá. También acostumbran esa misma combinación, pero reemplazando el Dulce de Guayaba por Dulce de Batata (boniato), peroooo no pongan caras, es delicioso.
Para los que no conocen, Argentina tiene todos los climas por la extensión de tierra, pero en el único espacio de este gran país donde se encuentra el fruto es en las zonas más tropicales pegaditas a Brasil y no se comercializa a gran escala. Increíblemente, todo el dulce que llega a la Ciudad de Buenos Aires, es de Brasil y sale muy muy caro. A ver, tampoco uno es CHICHO DURAÑÓN y si se tiene que dar un lujito, bueno, pues vaya y déselo, pero coño….como duele pagar casi $2 USD por una barra de guayaba!!!!. Y pensar que en los patios de nuestros campos se caen las frutas y las picotean pajaritos y ratones.
Clásica y fácil combinación de queso y guayaba que con pan o galleticas saladas sabe a gloria. Obligada en mis valijas donde sea que la encuentre porque una buena provición en la heladera, nunca viene mal y saca de apuros cuando el antojo de dulce es tremendo.
Disfrutada sin pautas de edad, creo que es lo que más extrañamos cuando vivimos lejos de nuestra Isla. Pero no se preocupen, si no pueden conseguir la guayaba, abran el youtube, metan el volumen a todo lo que da y escuchen una Timba. Como diría un Chef amigo, cierren los ojos y a saborear, que seguro será el mejor pan con queso y guayaba de sus vidas.
Los leo como siempre con sus anécdotas. Espero que esta les haya gustado. Y la saborié muchisimo…
Un saludo sabrosón y que nunca las historias con Sabor a Melao, les falten en sus cocinas.