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TEATRO VISTA ALEGRE EN EL REPARTO DE IGUAL NOMBRE EN SANTIAGO DE CUBA—–

TEATRO VISTA ALEGRE EN EL REPARTO DE IGUAL NOMBRE EN SANTIAGO DE CUBA————– Esta institución fue el corazón de la vida artístico-recreativa del Reparto Vista Alegre de la ciudad Santiago de Cuba, entre los años 1909 y 1932.
Constó de cuatro versiones, y dos localizaciones diferentes, en su corto, pero importante período de Funciones

Además de su función principal –las representaciones teatrales–, tuvo múltiples funciones, entre ellas: cine, espectáculos de varieté, competencias, eventos de varios tipos, como salón de baile y fiestas, entre otras.

Los orígenes: el cinematógrafo

Al comenzar la construcción del Reparto Vista Alegre por la Compañía de Urbanización en 1907, sus accionistas se preocuparon por promover el nuevo reparto y así poder incrementar sus ventas de terrenos, de tal manera que fue necesario desarrollar, dentro de éste, una vida artístico-recreativa propia, independiente del barrio colonial, por cuyo motivo se decide crear en Vista Alegre un cinematógrafo en 1909.
Este acontecimiento es una muestra de la influencia francesa en el modo de vida de la burguesía. Fue en París, en 1895, donde se estrenó y puso de moda el cinematógrafo, que constituyó un importante vehículo de difusión de la modernidad entre los santiagueros.
Según las crónicas sociales de la época este cinematógrafo estuvo situado en la esquina de la Ave. de la República y calle 3ra., donde luego se levantaría la casa de Carmela Berenguer y Pedro Abascal, hoy( La Parrillada de Vista Alegre), justo frente a la casa edificada en 1911, propiedad del coronel del Ejército Libertador, Juan Vaillant, uno de los primeros vecinos del barrio.
Encontramos que lo primero que se fundó no fue un teatro como tal, sino un cinematógrafo, cuya apertura se ubica en los primeros días de marzo de 1909, con muy poca capacidad de público al aire libre y dedicado al cine silente en blanco y negro.
La localización del cine en este lugar responde a varias razones, entre ellas, la vida del barrio cuando se fundó estuvo concentrada en las primeras manzanas, aquí se construyeron las primera casas, en su mayoría propiedad de la Compañía Eléctrica, y ese mismo año se construye el restaurante-café cuyos propietarios fueron Juan Granado y Francisco Medina, localizado en la manzana 4, solar 5 de la Ave. de la República (Ave. de Manduley y esquina a calle 3ra.), paralelo al cine. Otra razón fue que el paradero primario del tranvía, cuando se fundó en 1908, llegaba sólo hasta el inicio de la Ave. de la República.
Estos datos demuestran que para atraer público a Vista Alegre, aparte de las retretas en el parque público y el restaurante-café, el cine constituyó otro paso más de la estrategia comercial de las Compañías Urbanizadora y Eléctrica, ambas con sus respectivos intereses.
En los primeros días de marzo del 1909, según la prensa, se había puesto de moda el cine Vista Alegre, que más barato no podía ser, pues se invertía sólo 10 centavos, en el pasaje de ida y vuelta en el tranvía, para disfrutar de la fresca temperatura del barrio y de dos tandas cinematográficas, gratis, amenizadas por una orquesta.

Primera versión del teatro Vista Alegre (diciembre 1909)

El cine evoluciona hacia una barraca de feria:
De marzo a diciembre de 1909 se alternaban en Vista Alegre las funciones cinematográficas con algunos atractivos circenses, lo que hizo que el público aumentara considerablemente junto a los ingresos de la Compañía Eléctrica, propietarios del tranvía.
En abril de 1909 el cine se ve favorecido con el aumento de público, por lo que la Compañía decide aumentar los asientos a 2 000 butacas gratis. Con esto comienza a evolucionar este sencillo cinematógrafo al aire libre, convertido en una barraca de feria, que no es más que una construcción provisional desmontable, destinada a espectáculos y diversiones en las fiestas populares, la cual decidimos tomar como la primera versión del teatro Vista Alegre, y aunque su ubicación, tamaño y función diferían de las restantes versiones, se utilizó para espectáculos.
El punto culminante de esta evolución del cine llega en diciembre de 1909, cuando definitivamente toma forma de barraca de feria, y comienza a emplazarse para funciones de varieté, que según informes, el primer número que allí se presentó, el 10 de diciembre, fue el de un búlgaro que tenía animales amaestrados y donde danzaba un enorme oso que bailaba al compás de una pandereta:
En Vista Alegre, el alto barrio de Santiago, aumentan atractivos.
Además del espectáculo cinematográfico que tanto público atrae aquel sitio, donde mañana habrá la novedad de las varietés, es decir, de números amenos que contribuyan en cine a ser delicia de los concurrentes.
Mañana hará debut “Petit Walfrido” quien imitará a grandes artistas y ejecutará bailes cubanos, americanos y españoles.
Desde finales de diciembre de 1909 a julio de 1910 se creó alrededor de esta barraca de feria de Vista Alegre una activa vida artístico-recreativa, y se instaura el viernes como día de moda para ir al reparto.
Esta modalidad de barraca de feria muestra la influencia europea en el modo de vida recreativa del barrio. Este tipo de teatro de la calle se había desarrollado principalmente en Inglaterra, España e Italia, en la época medieval, donde se celebraban funciones populares en las calles y amplios patios de las casas de las villas del Viejo Continente.

Segunda versión del teatro Vista Alegre

El tablado escénico: Con el transcurso del primer semestre de 1910, el público santiaguero fue tomando como lugar preferido al barrio Vista Alegre, donde se combinaban un fresco y agradable espectáculo, tandas de cine en la barraca de feria, continuaban las retretas en el parque público y se disfrutaba de las atracciones del parque de diversiones Palatino del reparto.
Por este motivo y para aumentar sus ganancias, la Compañía Eléctrica decide invertir con el fin de seguir promoviendo los espectáculos en Vista Alegre, según la prensa:
Poco después, al convencerse el sr. Mariano B. Fuentes, a la sazón administrador de la Compañía Eléctrica de Alumbrado y Tracción, que organizando espectáculos en aquel lugar podía obtener una buena fuente de ingresos para los tranvías, nombró administrador de aquellos actos al sr. Daniel Serra Navas, cronista social y teatral entonces. Luego se amplió el escenario barraca y construyó un tablao escénico que inauguró el transformista Capella.De esta nota sacamos dos datos importantes. El primero se refiere a la decisión de asignar al Dr. Daniel Serra Navas para administrar estos espectáculos del Teatro Vista Alegre, y podemos añadir que lo hizo con mucho éxito, pues se mantuvo al frente de ellos durante casi toda la vida activa del citado teatro, que comenzó en 1910 en la barraca de feria, pasando por las sucesivas versiones, hasta casi el ocaso de esta institución vistalegrina.
El segundo dato se refiere al punto culminante de la transformación de la barraca de feria, localizada en la esquina de Ave. de la República y calle 3ra., hacia un estadío superior: un tablado escénico, es decir, armazón con suelo de tablas construido en alto para espectáculos y actos públicos, al que tomaremos como la segunda versión del teatro Vista Alegre. Este momento se ubicó a finales de julio de 1910 .
A los pocos días de haberse inaugurado ese tablado escénico el 28 de julio de 1910, se trasladó de lugar en la primera semana de agosto del propio año hacia el parque privado de Vista Alegre, y se estableció aquí definitivamente.
Con este cambio de localización hacia el parque privado de Vista Alegre comienza a aumentar la calidad de las funciones que se presentaron allí y la preferencia del público santiaguero, especialmente la alta sociedad que se reunía para disfrutar del espectáculo.
Nuevamente, vemos la preferencia por lo europeo en la vida recreativa del barrio. Al instalarse un tablado escénico en Vista Alegre, se imitan los tablaos flamencos andaluces, que muy de moda se pusieron en el pasado siglo en Europa.

Tercera versión del teatro Vista Alegre

El tablado escénico tercera versión del teatro Vista Alegre que se mudó a inicios de agosto de 1910 para el [Parque Privado Vista Alegre], tuvo una vida activa muy efímera debido a que, a fines de ese mes y año, se comenzó una reforma que lo convirtió en la tercera versión del teatro Vista Alegre.
Estos cambios ocasionaron que de un simple tablado escénico ya se pueda hablar de un rústico teatro-plaza, por la forma esferoidal que tenía, de ahí su semejanza a una plaza de toros, lo cual puso de manifiesto nuevamente la influencia europea en la vida artístico-recreativa, específicamente la española.
Estas transformaciones en la estructura del teatro se reflejaron en la prensa de esos días:
Seguramente mañana comenzará en el pintoresco “Vista Alegre” las obras para reformar el pequeño teatro que allí existe.
Se trata de construir una platea y colocar 300 sillas, para que nuestras bellas damas puedan con comodidad disfrutar de los espectáculos que allí se ofrecen y lo grato de las temperaturas de aquel lugar.
La selecta representación de nuestro mundo elegante que allí concurre está enhorabuena.
Los esfuerzos del administrador de la Compañía, sr. Puente serán coronados por un franco éxito.
Están casi terminadas las obras del teatro del pintoresco Vista Alegre, este resultará sencillo y bonito, al mismo tiempo que ofrecerá grandes comodidades al público por poco dinero.
Por otro lado estará al aire libre, pero cuando entre el invierno, se le colocarán un techo de lona, que volverá a quitarse en el verano.
Según la prensa, la temporada de teatro en Vista Alegre de ese año comenzó el jueves 27 de octubre de 1910.
A esta tercera versión del teatro Vista Alegre se le comenzó a llamar teatro de verano, por su construcción al aire libre según la moda norteamericana y lo ameno de sus presentaciones; muchos lo catalogaron el mejor de su tipo en la República. Estuvo en actividad por más tiempo que las anteriores versiones, desde octubre de 1910 a diciembre de 1915, aproximadamente cinco años.
A ésta –como se encontró en prensa– se le hicieron algunas mejoras, añadiendo un techo de madera y cartón embreado, y algunos palcos.
En 1911 hubo una paralización teatral en la ciudad, y muchos teatros cerraron al público. Sólo el Vista Alegre se mantuvo funcionando, aunque con modestas representaciones, pero con gran afluencia de público y muchos aplausos.
En el período desde junio de 1911 hasta diciembre de 1915 el teatro continuó la vida activa con variedad de funciones, según Forment: representaciones teatrales de diferentes tipos, de variedades, como el caso del “fakir indio”, para reuniones, cinematografía, torneos de esgrima, funciones benéficas, para bailar, entre otras.
En el año 1912 se presentó una queja del Departamento de Gobernación para llamarle la atención al alcalde municipal de esta ciudad, respecto a las obras inmorales que se representaban en el teatro Vista Alegre. Se le comparó con el Alhambra, o El Molino Rojo de La Habana, por presentar la obra “Coquelito”, la cual atentaba supuestamente contra la moral. Esto fue negado por las autoridades del Vista Alegre.

Cuarta y última versión del teatro de Vista Alegre:

Al igual que las anteriores versiones, el teatro-plaza de Vista Alegre fue sustituido por una versión mejorada. El 27 de diciembre de 1915 se efectuó la reinauguración del teatro Vista Alegre, siendo administrador del parque y del teatro el sr. Daniel Serra, […] Éste fue el momento de máximo esplendor del teatro Vista Alegre, tuvo una amplia cobertura en la prensa local, pues se incluyó dentro de las fiestas inaugurales del flamante parque privado de diversiones de Vista Alegre, en cuyo ángulo derecho se encontraba este edificio.

Por la importancia de los datos e información que las crónicas aportan sobre la inauguración y descripción física del teatro, creemos conveniente plasmarlas todas:
Justamente el Vista Alegre mereció la célebre denominación con que lo bautizó el público de Gran Teatro de las Luces […]. Más de treinta mil bujías en conjunto constituía el alumbrado del hermoso y popular teatro, que lucía como una ascua de oro, deslumbrante y magnífica. Poseía además excepcionales condiciones acústicas; una amplia platea dividida en cinco pasillos para comodidad del público novecientas lunetas y treinta palcos.
Las grandes reformas que se introdujeron en la estructura del coliseo se realizaron sin que dejara de funcionar la compañía que entonces actuaba y sólo durante tres días –mientras estuvo en manos de los pintores– dejó de visitar “el respetable” aquella confortable sala […]
El fresco teatro poseía un precioso y valioso decorado que fue elegido para la inauguración del teatro “Campoamor” de [La Habana] y el cual fue comprado a la Compañía la Hoz. Más de cuatrocientas decoraciones, concepciones geniales de celebradísimos escenógrafos, integraban el material para representación escrupulosa de las obras […]

La fachada está rematada en triángulo. Posee 3,210 foquitos eléctricos a la entrada. De la escalinata a la platea hay 30 globos lumínicos esmerilados, varios de los cuales están repartidos en cuatro grandes candelabros de bronce, en el cielo raso lucen 12 focos brasco lite mixtures, el más cercano al escenario con una potencia de 2000 bujías y los demás de 1000 bujías; en ambas galerías laterales, limitadas por un bonito empersianado y vidrios de colores, alumbran 38 focos de 600 bujías cada una.
Toda la instalación ha sido combinada y dirigida por el ingeniero eléctrico mr. Felton, funcionario de la Compañía Eléctrica de esta ciudad.
La anchurosa y elevada techumbre es de grandioso aspecto, pintada en blanco marfil y de otros suaves colores en el cielo raso, las paredes del fondo, los palcos y las persianas de las galerías, la labor de pintura fue ejecutada por el sr. Miguel Ángel Gómez.
Tiene 30 palcos, 938 butacas y 3 galerías con espacio para 400 espectadores de pie firme.
La embocadura del escenario es elegantísima, del estilo Luís XV y el telón de boca en forma de cortinaje, obra del fino pintor escenógrafo, sr. Emilio Aguirrezábal, encuadra armónicamente en aquel lugar, convenientemente distribuidos hay 4 espejos en toda la sala.
La construcción se encuentra elevada sobre el terreno mediante una base de mampostería de aproximadamente 3 metros de altura que servía de sotana que en los laterales de la misma se observan vanos con ventanas.
Su ornamentación es muy profusa y variada, con características moriscas. En las fachadas laterales se han utilizado las gárgolas como motivos ornamentales, repitiéndolas conscientemente para que jueguen con la profusión ornamental del conjunto.
Para este día se realizó un banquete inaugural en el que participaron los principales responsables de la renovación total del teatro, y algunas autoridades relevantes del Gobierno y del ejército de la época.
Mucho influyó este teatro con sus excelentes representaciones y arquitectura en la formación de la imagen elitista en torno a quienes lo frecuentaban, que en su mayoría eran los que vivían en sus alrededores: los vistalegrinos.
Eran los años en que la economía cubana crecía, la burguesía se afianzaba frente a sus competidores extranjeros, y la cultura y la identidad cubanas se cristalizaban.
El Vista Alegre fue un teatro comercial que tuvo años de esplendor, pero también fue un centro cultural dinamizador en el reparto del que tomó el nombre. Allí tuvieron lugar varias ediciones de los Juegos Florales, certámenes poéticos –literario y musical– auspiciado por la asociación de reporters y otras instituciones. En este teatro comenzaba también el llamado carnaval de invierno. Entonces mediante el uso de plataformas de madera, la platea era convertida en pista de baile, donde se libraban batallas de confettis y serpentinas, que eran disfrutadas por las gentes pudientes desde sus palcos que adornados para la ocasión competían por el primer lugar.
Estas fiestas exclusivas para la gente pudiente continuaban en el Hotel Venus antiguo, el que estaba donde hoy se encuentran las oficinas del Banco Central, el que se derrumbó durante el terremoto de 1932.

El ocaso del teatro Vista Alegre

Sobre el período final, se encontró en la prensa un resumen de las etapas por las que pasó el teatro Vista Alegre, el cual nos refiere lo siguiente:
[… ] En el año 1917; el lic. Ángel Clarens, tomó en arrendamiento el citado teatro, designando representante general de la empresa el sr. Mariano Blasco Forcades […] La nueva empresa de la que fue buen colaborador el Dr. Serra contrató una compañía de zarzuela en la que figuraba como primera tiple la mencionada “Mimí” […] La temporada resultó brillante, se sucedieron los llenos y al extinguirse el contrato cesó la empresa.
Cuando la anterior empresa, dio por terminado el negocio, el sr. Juan Pérez Neyra con otros elementos, amantes del teatro y algunos artistas de la temporada que había expirado hicieron formar nuevas empresas, cuya existencia fue efímera.
Después el conocido empresario Juan Lucas arrendó el teatro y empezó a actuar, pero casi inmediatamente surgieron una serie de dificultades económicas que dieron al traste con la continuación del negocio y hasta con el favor del público […] En 1920 el entonces empresario José Cobas que controlaba casi todos los teatros citadinos arrendó Vista Alegre que había permanecido en período de semi actividad durante la administración y empresa del señor Beltrán. Funcionó otra vez el teatro nuevamente […]
Los tiempos no eran propicios y la empresa terminó su contrato, quedando cerrado el teatro, hasta que poco tiempo después el empresario de Camagüey sr. Carlos Pereira, quiso imprimirle nueva actividad, pero sus esfuerzos quedaron baldíos, abriéndose un período de decadencia.
El teatro Vista Alegre, desafortunadamente, comienza una decadencia marcada a finales de la década del diez, y se acentúa la pérdida del público por inactividad. Al llegar los primeros años de la década del veinte estallaba el crack bancario, que desploma las finanzas de sus patrocinadores, con su respectiva repercusión en las empresas y economía cubanas; eran tiempos difíciles.
En 1926 el alcalde municipal aprueba el acuerdo no. 3, en el cual acepta en nombre y representación de la ciudad, otro busto de José María Heredia para perpetuar la memoria del ilustre cubano, que por conducto del Comité Pro Monumento a Heredia, donara el mismo con ayuda del comité radicado en París.
En un principio se acuerda emplazarlo en la conjunción de la avenida principal del [Reparto Vista Alegre] con la calle 9, y se gestiona en la Secretaría de Hacienda la exención de derechos aduanales por tratarse de un donativo a la ciudad, especificando que éste vino consignado a nombre del sr. Henry Schueg abordo del vapor francés Caravella. Este busto finalmente se colocó sobre un pedestal en los jardines del teatro Vista Alegre, a la entrada del lado derecho, como se muestra en la foto anterior.
En medio de esta etapa de dificultades la prensa afirma que el Vista Alegre tuvo un final glorioso, pues en un último golpe de buena suerte permitió que su cierre fuera recordado en el mundo artístico santiaguero:

El teatro se utilizó desde entonces como salón de fiestas, pues su platea se nivelaba con el escenario y quedaba una espaciosa sala de baile, si se retiraban los asientos.

Demolición del teatro Vista Alegre (agosto de 1932)

En julio de [1932], en medio de la recuperación de la ciudad del terrible terremoto se acomete la demolición del teatro, y parte del conjunto del [Parque Privado Vista Alegre].
Se consideran dos factores que apremiaron la demolición del teatro: primero, la ley de emergencia puesta en vigor después del terremoto, que obligaba a pagar los impuestos a todos los teatros aun cuando permanecían cerrados, causando pérdidas a sus propietarios, la Compañía Eléctrica; y el segundo, el interés del pintor José Joaquín Tejada de comprarlo, como en efecto lo hizo:
Muy pocos recuerdan hoy el final trágico que tuvo el teatro de Vista Alegre. La crisis económica de principios de los años 30 selló su suerte. Cada vez daban menos funciones y los cierres eran más largos hasta que cerró definitivamente. El pintor Tejada, que había concebido un ambicioso proyecto de urbanización en terrenos de su propiedad por la zona de Boniato, quiso trasladarlo para allí en piezas para volver a armarlo. Lo adquirió de su propietaria, la Compañía Eléctrica, pero el traslado se iba dilatando y una embolia acabó con la vida de José Joaquín. Todo ese material que quedó a la intemperie se fue destruyendo con el tiempo.

A partir de este momento, la vida artístico-recreativa de Vista Alegre disminuyó considerablemente, pues este fulgor dorado de los años diez, no tuvo réplica en los venideros años .



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