Cuando dije que asistiría a un concierto de rock de Héctor Téllez, todos los cubanos que estaban a mí alrededor me miraron de soslayo como si estuviese loco, ya que ninguno sabía que existía un retoño del famoso cantante de boleros, tan querido en Cuba, llamado como el padre, Héctor Téllez Jr., que vive y es exitoso fuera de la isla como intérprete de rock, él hijo, reconoce en su padre un ídolo, un amigo y un maestro. Sus inicios en la música están marcados por un casete loco, dónde sintió por primera vez la libertad del rock and roll, pero no fue hasta que escuchó a Carlos Santana que decidió que sería músico. “Yo quiero hacer eso mismo”, recuerda que pensaba. Defiende el rock and roll porque, más que un género musical, lo asume como actitud ante la vida. No es una persona que se vaya por la primera mirada al libro, prefiere estudiar todas las situaciones y cuando dice por aquí, es con argumentos. En Cuba casi nadie sabe de su recorrido musical, siempre comenta que la ilusión de su vida sería hacer un concierto en la isla para poder llevar propuestas novedosas de la música estadounidense, aunque no ignora, que es una invitación que probablemente nunca le harán, es mejor pensar que eso ocurrirá algún día, pero por ahora está pendiente…