Un saludo a todos. Espero que se encuentren gozando de buena salud al igual que sus familiares. Hoy les quiero preofundizar un poco en uno de los hitos de nuestras guerras de independencia. Ya verán de que se trata. Nos vemos en los comentarios.
Uno de los hechos más audaces dentro de la guerra por la independencia de Cuba de 1895 fue, sin dudas, la Batalla de Mal Tiempo.Esa importante acción militar ocurrió en ese territorio, perteneciente al hoy municipio de Cruces, en la provincia de Cienfuegos, el 15 de diciembre de 1895.
“Fue destacada la participación de Cienfuegos en nuestras luchas de 1895. Por estas tierras cruzaron las fuerzas invasoras de Antonio Maceo y Máximo Gómez, y en estas tierras, con participación de cienfuegueros, libraron una de las más brillantes y famosas batallas de nuestro Ejército Libertador: la Batalla de Mal Tiempo”.
De acuerdo con los historiadores, aquel combate se libró en apenas tres horas, con gran ventaja para las tropas cubanas. Su arremetida contra el ejército español facilitó la obtención de un considerable botín de guerra: más de doscientos fusiles, municiones, caballos, mulas, múltiples equipos, botiquín. También obtuvieron la bandera y la documentación del archivo, por los cuales se identificó la columna destrozada.
¿Qué ocurrió en Mal Tiempo?
Aquella batalla figuró entre las acciones que realizaron los mambises en la Invasión a Occidente, liderada por el Generalísimo Máximo Gómez y su Lugarteniente General Antonio Maceo.
Preparada para penetrar en territorio cienfueguero, aquel 15 de diciembre de 1895, la columna invasora acampaba en las inmediaciones de Cruces, una floreciente zona azucarera de la región central del país. Por su situación estratégica, este poblado constituía un centro de marcada significación para las operaciones del ejército colonial.
Para entonces, se calculaba la existencia de entre 8 mil y 10 mil efectivos militares entre los cuarteles generales de Las Cruces y Mal Tiempo.
Según relata la historiadora Norma Normand Cabrera, el mando hispano había perdido el contacto directo con los cubanos semanas atrás, después de la acción de Siguanea, en Corralillo. Sin embargo, no por ello descuidó las principales vías de acceso a la jurisdicción cienfueguera, sino que ordenó bloquearlas.
Las tropas cubanas, formadas casi en un solo cuerpo, se enrumbaron hacia el noroeste. Cerca de las diez de la mañana pasaron frente al central Teresa, donde se disponían a comenzar la zafra, y prendieron candela a los cañaverales.
El ingenio contaba con una guarnición española, pero sus soldados contemplaron el incendio sin hacer fuego contra los mambises, quienes continuaron su marcha. Un campesino los alertó sobre la posibilidad de que en Mal Tiempo hubiera fuerzas españolas. No obstante, tras un breve intercambio entre Gómez y Maceo, éste ordenó redoblar el fondo de la columna y expresó: “Entró la nave en alta mar”.
Pavorosa carga al machete
Cuentan que los primeros disparos provinieron de un grupo de patriotas locales, quienes desde la madrugada efectuaban un velorio cerca del camino de Mal Tiempo y divisaron al escuadrón de caballería que protegía la columna española. Maceo oyó las detonaciones y ordenó cargar al machete. Como ocupaba la vanguardia, junto a sus ayudantes y escoltas fue el primero en lanzarse hacia la dirección de los disparos. Poco después, se les unieron Máximo Gómez y Serafín Sánchez, que marchaban al centro, y el Brigadier Luis de Feria, quien defendía la retaguardia.
Según algunos diarios de campaña, cerca de las once de la mañana tuvo lugar el momento principal del combate, en el que cayeron secciones españolas enteras frente a una de las cargas al machete más cruentas en el transcurso de la guerra. Hubo, además, otros instantes cardinales: Máximo Gómez ordenó la carga al machete y prendió fuego a los cañaverales que rodeaban la guardarraya por donde se aproximaban los españoles, quienes envueltos en llamas, humo, hierro y plomo se retiraron rápidamente al central. Hasta una locomotora que había llegado con un refuerzo de quinientos soldados para atacar el flanco izquierdo de los invasores fue abandonada en la fuga y destruida por las tropas independentistas en cinco minutos.
Manuel Piedra Martel, ayudante de Antonio Maceo y testigo de los hechos, escribiría más tarde: “(…) ni antes ni después de la campaña vio el ejército español a sus soldados perder la moral y desorganizarse (…) pero en Mal Tiempo se mostraron colectivamente inconsistentes y faltos de valor individual. De otra manera no hubiésemos podido producirle aquel desastre”.
Estrategia de Maceo y Gómez coronó la victoria.
Cerca de las cuatro de la tarde, las tropas del Generalísimo aún se encontraban en la zona y volvieron al lugar donde había iniciado la acción. Desde allí distinguieron una nutrida caballería que con bandera desplegada y en son de guerra avanzaba hacia ellos. Se aprestaron, pues, para un nuevo combate, pero esta vez se trataba de tropas cubanas compuestas por cuatrocientos hombres al mando del Coronel Juan Bruno Zayas. Máximo Gómez, entonces, ordenó comenzar la marcha tras el rastro de Maceo. Y de esa manera, victoriosas, dejaron las huestes independentistas la zona de Cruces. En pocas horas culminó la devastadora Batalla de Mal Tiempo, con el saldo de trescientas bajas para el ejército español.
De acuerdo con Normand Cabrera, Mal Tiempo marcó el fin de la primera etapa de la Invasión e inauguró una nueva estrategia y táctica por parte de los independentistas. En el contexto nacional, corroboró la decisión de los mambises y la posibilidad real de avanzar hacia Occidente, con la certeza de que nada resistiría la carga de sus machetes. En el ámbito local contribuyó a afianzar el movimiento independentista del territorio e hizo sentir con mayor fuerza la política de hostigamiento hacia la población civil por parte del ejército español.