Una puesta dirigida por:
En «Teatro Estudio»
Henry Puente.
Probablemente sea una de las representaciones más interesantes que se haya hecho en CUBA sobre la emblemática obra escrita por Federico García Lorca. A partir de La casa de Bernarda Alba, interviniendo el texto y rompiendo concepciones anquilosadas, en 1970. La década no era propicia para esas aventuras, y habría que esperar a fines de ella para que, con esa, sugerente puesta, más tarde dirigiría también del mismo autor, Bodas de Sangre, Berta Martínez pusiera al público y a la crítica a sus pies.
Las inolvidables actrices clamaban los textos del poeta, todas en conjunto eran el centro del espectáculo donde Isabel Moreno, Miriam Learra, Paula Alí, Doris Gutiérrez, Corina Mestre y muchos otros talentos de Teatro Estudio se convertían, cada noche, en lo que ella quería que viéramos.
Berta Martínez, mientras vivió, fue una eterna enamorada del teatro al punto de hacerse delirante, aunque en mi opinión de forma muy tardía, como era de esperar ganó el Premio Nacional de Teatro, su tenacidad conllevaba admirable, trabajaba febrilmente con el fin de conseguir la perfección.
A través de sus puestas era fácil percatarse en ver renacer a la gran actriz que fue, desafortunadamente, fue una profesión que abandonó, tal vez sería más preciso decir que cambio por la dirección, aún así, ante su colosal presencia el público deliraba aplaudiendo su genial maestría, día tras día, bajo las luces ella reinventaba el teatro, indudablemente, quién conoció su quehacer, no podrá olvidarla nunca.