Vista de los talleres y paradero del Carmelo en el año 1907, la principal estación con que contaba el ferrocarril urbano. En este inmueble, que tuvo varias modificaciones estructurales a los largo del siglo XX, se construyeron cientos de vagones añadidos al parque móvil con mejores condiciones técnicos que los importados de los Estados Unidos. La mayoría de las piezas de los carros se elaboraban utilizando materiales cubanos, a excepción de las plataformas de las ruedas, el motor y el sistema eléctrico, que continuaron importándose.