YUNIOR GARCIA AGUILERA
DECLARACIÓN
Este mensaje no está dirigido exclusivamente al gobierno, sino a la Nación TODA. Desde que anunciamos la iniciativa de la Marcha, esa convocatoria dejó de ser solo nuestra, para pertenecer al conjunto de la Sociedad Civil Cubana, tanto dentro como fuera del archipiélago.
Hay dos cosas que me repito todas las noches antes de intentar, no siempre con éxito, dormir unas horas:
1- Jamás convertirme en lo mismo que critico.
2- Buscar siempre el equilibrio entre sensatez, firmeza y responsabilidad.
Es el régimen quien ha amenazado con desatar la violencia en las calles el próximo 15 de noviembre. No nosotros. Archipiélago ha remarcado desde el primer día el carácter absolutamente cívico y pacífico de nuestra Marcha. Son ellos, los señores del poder, quienes han amenazado a sus propios ciudadanos de todas las maneras posibles, desde las más sutiles hasta las más burdas.
El gobierno ha usado, para disuadirnos de ejercer un derecho legítimo, al ejército, a la Seguridad del Estado, a los intendentes, a la Asamblea Nacional, a sus perfiles anónimos en las redes, a sus cuadros e instituciones obedientes, a sus agentes declarados o encubiertos, a sus paramilitares y sus palos con clavos en la punta, a toda la prensa oficialista, a la Fiscalía, e incluso a los niños. Esto último es verdaderamente intolerable y supera todos nuestros límites. Ya resultaba exagerado declarar movilizaciones militares, pero hacer una fiesta popular con la presencia de niños en las calles, es la demostración más evidente de hasta dónde están dispuestos a llegar para evitar la Marcha.
Sabemos todo lo que están preparando contra nosotros ese día. Sabemos del miedo de tantas madres, las que tienen hijos que han decidido manifestarse y las que tienen hijos en la policía o en el Servicio Militar. Sabemos que podrían infiltrar a personas violentas dentro de la Marcha para luego culparnos de sus acciones. Sabemos que serían capaces, incluso, de fabricar cualquier acción aberrante contra lugares sensibles para provocar ira e indignación en los segmentos del pueblo que todavía controlan. También sabemos, lamentablemente, que una parte del mundo estaría dispuesta a guardar silencio, sin importar la violencia que desaten contra una generación de cubanos y cubanas que ya no tiene miedo de expresar públicamente su pensamiento. Ya está listo el cerco contra las figuras más visibles de nuestra plataforma y ya están firmadas nuestras sentencias.
Pero el régimen olvida algo: NO SOMOS IGUALES A ELLOS. A nosotros sí nos importa la vida y la libertad de los cubanos todos. Nosotros aborrecemos toda forma de violencia. Nosotros no estamos dispuestos a que se derrame una sola gota de sangre, en ningún bando, a ambos lados de este conflicto. A nosotros no nos mueve una ambición de poder ni la defensa de ningún privilegio. Somos profundamente martianos y por tanto, HUMANISTAS. Y hablamos en serio cuando mencionamos las palabras DIGNIDAD y CIVISMO.
Por todo lo antes expuesto, y luego de consultar a miembros de Archipiélago, así como a cubanos y cubanas raigales, cuya opinión respeto y aprecio, hoy quiero compartirles esta decisión:
PRIMERO: El domingo 14 de noviembre realizaré una marcha EN SOLITARIO, en nombre de todos los ciudadanos a los que el régimen ha privado de su derecho a manifestarse el 15N. Caminaré en silencio a las tres de la tarde por la avenida 23 del Vedado habanero, desde el Parque Quijote hasta el malecón, portando únicamente una rosa blanca. Y esto no es un acto de heroísmo, es un acto de responsabilidad.
SEGUNDO: Agradecemos la enorme muestra de solidaridad de cientos de miles de cubanos que nos estarán acompañando en casi 100 ciudades del mundo donde sí se respeta la libertad de expresión, de reunión y de manifestación pacífica. Sabemos que nuestros hermanos emigrados y exiliados no van a dejarnos solos.
TERCERO: No seré yo quien impida al resto de los manifestantes dentro de Cuba el ejercicio de sus derechos, ni el 15, ni el 16, ni el resto de los días. Solo los convido, respetuosamente, a no hacer nada que ponga en riesgo su integridad física y la de otras personas. Les pido humildemente a todos que evitemos cualquier tipo de enfrentamiento violento, toda acción que genere represión, todo acto que los coloque en situación de peligro. Que cada quien encuentre maneras ingeniosas y pacíficas para lograr expresarse sin dar pie a que se desate la violencia contra ellos, contra nadie, absolutamente. Ya se han anunciado varias propuestas. Y estoy convencido de que aparecerán muchísimas más, con coraje, patriotismo y civilidad. Rosa Parks, en aquel ómnibus en 1955, encontró su propia forma de protestar ante leyes injustas.
Desde el 27 de noviembre hemos buscado un diálogo que nos han negado, una y otra vez. Sé que, aunque no lo parezca, sí hay algunas personas decentes y honestas dentro del gobierno. Apelo a su sentido de la responsabilidad y a su humanismo. Cuba entera ha sido sacudida durante el último año. Comprendan ya que es tiempo de un diálogo NACIONAL, real y fraterno entre todos los cubanos, sin excepciones.
Nuestro objetivo es acabar con la violencia, no multiplicarla. Nuestro propósito es que liberen a los presos políticos, no aumentar las listas de detenidos. Nuestra meta es encontrar un camino cívico para alcanzar derechos y construir un nuevo pacto social, no nos interesa para nada reproducir la barbarie.
El gobierno de los Estados Unidos sabe perfectamente que no tiene ninguna relación con Archipiélago o con la marcha. Nuestra plataforma aspira de manera irrenunciable a que nuestros conflictos internos sean resueltos sin injerencias. Por otra parte, es totalmente legítimo solicitar a la comunidad de naciones que hagan uso, de manera imparcial, de los acuerdos y tratados internacionales, para que los Derechos Humanos se respeten y se garanticen, de una buena vez, en esta tierra donde tantas veces han sido ignorados y pisoteados.
Queda mucho por hacer todavía. Honestamente, ninguno de nosotros aspira al poder, ni pretende «golpes blandos» o «cambios fraude». Queremos que cada ciudadano de este país cobre conciencia de su poder para transformar su realidad. Es falso aquel refrán popular que decía: «Esto ni lo arregla, ni lo tumba nadie». ¡Esto tenemos que arreglarlo TODOS! ¡Y la promesa martiana de una Patria inclusiva, tendremos que alcanzarla entre TODOS!
No hay más tiempo. Nos toca a nosotros lograrlo. Y el camino tiene que estar lleno de luz, de valor, de fraternidad, de buena vibra, lleno de paz y lleno de FIRMEZA.
Este no será mi último abrazo.